Después de colgar, Ashley seguía echando humo mientras se pintaba las uñas de rojo. En su enfado, se golpeó el pincel contra la uña. Incluso en ese momento, todavía podía recordar la primera vez que conoció a Fabian. Si bien él siempre supuso que su primer encuentro fue durante el banquete de medio año atrás, ignoraba el hecho de que ella ya lo había conocido hace tres años.
Fue en el Colegio Z. Por aquel entonces, ella y sus amigos habían visitado Ciudad H para divertirse. Su padre le indicó que llevara algunas cosas para Vivian. Aunque era reacia a hacerlo, le obedeció porque necesitaba parecer una hija obediente. Fue entonces cuando los vio juntos por casualidad. Podía recordar a la perfección que era un día hermoso y soleado. Fabian iba en bicicleta, mientras Vivian se sentaba detrás de él. Llevaba una blusa blanca y parecía un principe
salido de los cuentos de hadas.En el momento en que puso los ojos en él, se sintió atraída por su encanto. Aunque aquel encuentro fue breve, y de seguro ni Vivian ni Fabian no se llevaron ninguna impresión, aquello quedó grabado en lo más profundo de su mente.
Al volver a casa, contrató a alguien para que investigara al novio de su hermana. Solo entonces se llevó una gran sorpresa. No se esperaba que el novio de Vivian, al que describió como un estudiante pobre que dependía de la ayuda financiera para asistir a la universidad, era en realidad el nieto de la familia Norton.
Después de descubrirlo, Ashley estaba encantada. Sabía que, con su gusto por los hombres, era imposible que se enamorara de un pobre tipo. Y claro, la persona que le gustaba debía ser un hombre extraordinario. Desde entonces, estaba decidida a casarse con Fabian y con nadie más.
Por desgracia, él solo tenía ojos para Vivian.Todavía recordaba las veces que Vivian visitaba a los Miller. Cuando recibía la llamada de Fabian, siempre tenía una expresión de felicidad enfermiza en la cara. Asimismo, también se había colado en el Colegio Z para verlo. Nunca pudo olvidar la cara de afecto de Fabian cada vez que miraba a su hermana. De hecho, tenía que admitir que le invadieron los celos. En realidad, estaba celosa de Vivian, esa hija tosca, poco refinada e ilegítima de los Miller.
Aunque odiaba a Vivian desde joven, lo hacía sobre todo por desprecio. Porque nunca pensó que Vivian pudiera compararse con ella. Sin embargo, ni en un millón de años se imaginaría a sí misma sintiendo celos de ella. Eso marcó el comienzo de su odio. Por eso, ella orquestó el incidente de hace dos años. Su objetivo era obligar a Fabian a no volver a amar a esa hija sucia e ilegitima.
Siempre pensó que lo había conseguido. Fabian rompió con Vivian, volvió con la familia Norton y se fue al extranjero, al País A, como debería hacer alguien de una familia rica. Tal y como estaba previsto, le conoció allí, empezó a salir con él e incluso se comprometió. Todo iba según su plan.
Sin embargo, cuando volvieron a Sunshine City, todo cambió: Fabian se convirtió en el superior directo de Vivian. ¿Fue una coincidencia o un movimiento deliberado de su parte?
Después de los pocos encuentros y el viaje de negocios, estaba asustada. Por lo tanto, no tuvo más remedio que soltar sus armas.
«¡Vivian, haré que sea imposible que estés con Fabian!», se propuso. Así, llegó el lunes. Después de que Vivian se despertara y se preparara para bajar a desayunar, recibió una llamada inesperada del hospital.—¿Qué? —Vivian se detuvo en medio de la escalera—. ¿Diez mil? ¿Lo necesitas con urgencia? No, no es que no pueda pagarlo. Solo prescribe la medicina. Iré a buscar el dinero hoy mismo.
Vivian colgó la llamada y suspiró. Cuando el estado de salud de su madre mejoró, empezó a tomar medicamentos importados. La mayoría de ellos no estaban cubiertos por el seguro, por lo que Vivian tenía dificultades para pagarlos. Sin embargo, como se trataba de la vida de su madre, no tuvo más remedio que armarse de valor y llamar al Departamento de Recursos Humanos.
—Lo siento, pero necesito cobrar mi sueldo por adelantado —explicó. Incluso Vivian se sintió avergonzada por su petición—. Pero mi madre... Está bien, lo entiendo. Esperaré tu llamado.
Tras colgar, volvió a suspirar antes de dirigirse al comedor. Finnick estaba comiendo gachas.
Cuando vio a Vivian, le preguntó con calma:
—¿Qué pasa?
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Casado sin más
RomanceTranscripción historia "Never Late, Never Away" Esta novela cuenta la historia de Vivian William y Finnick Norton. Vivian necesitaba desesperadamente casarse para quedarse en Sunshine City, y Finnick también estaba buscando casarse debido a que su...