Este es el primer capítulo del libro, espero que os guste :D. En multimedia os dejo a la protagonista, que es interpretada por ¡Bella Thorne!
¡Feliz veranito a todos!
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CAPÍTULO 1 - ¿POR QUÉ YO?
Había vuelto a empezar el instituto justo hacía un mes, el mes en el que ocurrió todo por mi culpa y el cual fue un golpe duro para mis padres.
Volvía tranquilamente a casa después de acabar por fin aquella semana la escuela. Entré en casa pero notaba algo diferente en el recibidor.
¿Unas maletas?¿Acaso nos íbamos a ir de viaje?¿Aquello era una sorpresa de mamá y papá? Fui corriendo hasta la salita, donde me encontré a mi madre cogiendo el papeleo de lo que parecía ser el viaje.
—¿Nos vamos de viaje? —pregunté con el rostro iluminado.
—Eh...bueno cariño. Nosotros sí. — me dijo con la mejor comprensión posible — Resulta que como sabes, tu padre y yo siempre quisimos ir a Amsterdam desde jóvenes, y ayer mientras que estábamos navegando por Internet, nos salió un chollo de tres días al que no nos pudimos resistir.
—Ya...¿y por qué yo no?
—Con una persona más nos salía el doble de caro, lo sentimos Lía — contestó mientras me colocaba detrás de mi oreja uno de mis largos mechones.
Justo en ese momento apareció mi padre con una bolsa. Vió mi cara de fastidio y mi madre le hizo un gesto que pensaba que no vería, pero en realidad sí lo vi.
—Lía...no te enfades, cariño — dijo mirándome con empatía mientras que yo bajaba la vista — Tu eres joven para viajar, y seguramente vayáis de viaje de estudios alguno de estos años
—Está bien, no pasa nada.
—El vuelo sale dentro de tres horas, así que tendremos que ir yendo ya al aeropuerto.
—Eh...sí — replicó a mi madre a la par que miraba su reloj para comprobar la hora, y a continuación levantó la vista hacía mi — Lía, no armes nada durante estos días, ya que no estamos...¿entendido?
—Lía...si te llega a pasar algo mientras nosotros estamos fuera, no te imaginas lo que podría pasar —añadió mi madre mientras me daba un abrazo — Te queremos.
—Y yo a vosotros — abracé a mi madre y luego a mi padre.
Cogieron sus maletas y se fueron. La verdad es que a mí me encantaba viajar, pero sus argumentos eran válidos, así que no podía hacer nada. Era cierto que desde pequeña mis padres siempre querían viajar a Amsterdam, pero no teníamos suficiente dinero como para poder pagarlo.
Aquel día parecía verano ya que hacía bastante calor y un sol espléndido, así que posiblemente todos amigos habrían ido a la piscina, pero a mí no me apetecía ya que siempre que iba me quemaba aunque me echase crema cinco veces.
Sí que era verdad que me encantaba estar en el agua, pero en la piscina me sentía como si estuviese encerrada allí dentro, era una sensación que ni yo misma podía explicar.
Realmente envidiaba a los que vivían en ciudades costeras y yo debía de ser una de esas pocas personas que nunca en su vida habían ido a la playa. Siempre que se lo decía a mis amigos se quedaban sorprendidos, pero tenía fe en que algún día me bañaría en esas aguas saladas.
Tras estar pensando en mis cosas como media hora, noté una punzada en mi estómago, que me indicaba que necesitaba comer algo ya. Fui directa a la nevera pero solo había verdura o pasta. Ninguna de esas opciones eran factibles a esa hora del día. Rebusqué en cajones para ver si había snacks perdidos por los rincones, pero no encontré absolutamente nada. Cuando me bajé de la silla, noté como algo me golpeaba la cabeza y caía al suelo.
Mmm...palomitas.
A continuación, las metí en el microondas tres minutos como señalaban las instrucciones y para amenizar la espera, me eché en el sofá y me puse a ver la tele, que a aquellas horas solo podía encontrar telenovelas o cotilleos. Aunque ninguno de los dos me entusiasmaba, me puse a ver lo primero. Pasaría un minuto, y me dí cuenta de lo increíblemente aburrido que era aquello, entonces cerré un poco los ojos a ver si así se acaban antes de hacer las palomitas.
Un rato más tarde...
Empecé a abrir los ojos y me dí cuenta de que los dos minutos restantes se me eternizaron. Cuando por fin tenía la vista clara, noté que veía borroso. Guau, me debería de haber sentado mal ver esos programas. Pero resulta que me encontraba bien...entonces no podía ser otra cosa que...¡Oh, dios mío!¡Las palomitas!
Fui corriendo atravesando las espesas nubes grises, y cuando llegué a la cocina, el microondas estaba ardiendo. Se me congeló la sangre.
Cogí un paño para abanicar el fuego, que no era muy grande, pero me lo arrancó de las manos y empezó a arder todavía.
Definitivamente, era idiota. Sin más remedio, salí corriendo de mi casa y enseguida saqué mi móvil para llamar a los bomberos.
Unos vecinos míos que iban andando por la calle me preguntaron qué había ocurrido, y yo solo les pude decir que sin querer había provocado un incendio y que mis padres se habían ido un momento. Se decidieron quedar esperando conmigo a la llegada de los bomberos.
Unos pocos minutos después, la alarma retumbaba por toda la calle y cuando se paró delante de mi casa el vehículo, toda la gente que merodeaba por allí se acerco a cotillear alrededor de mi casa. Un rato más tarde, salieron dos bomberos de mi casa. Uno de ellos se acercó a interrogarme.
—¿Usted es la hija de los propietarios, no?
—Así es...
—¿Me podría decir dónde están sus padres en estos momentos?
—Eh...ellos se han ido a hacer unas compras.
—Ya veo...¿tendrá aquí sus números de teléfono?
—Estaban dentro de la casa, no sé donde los podrían haber dejado, la verdad.
—Bueno señorita, entonces me quedare esperando aquí con usted hasta que aparezcan.
—Cla...Claro.
Mi sangre se congeló por unos minutos. ¿Qué iba a hacer yo en esa situación?. Pasó una hora, y sabía perfectamente que cuanto más tiempo tardase en confesar, peor sería. Levanté la vista para mirar al bombero y él se adelantó antes que yo.
—¿Ocurre algo?
—Yo...la verdad es que...— para mis adentros, lo único que podía decir era "mamá, papá, de verdad que lo siento" — Mis padres se han ido de viaje, no están aquí.
—Lo suponía...tranquila, esto es cada vez es más frecuente en las familias — dijo apuntando algo en un bloc de notas — Acompáñeme a comisaría, por favor.
¿A comisaría? La verdad es que no creyese que fuese tan grave. Mientras íbamos en el coche solo podía ver en lo que pasaría los próximos días. Un poco antes de llegar a la policía, el bombero me dijo unas últimas palabras.
—¿Sabes que lo que hicieron tus padres es ilegal, no?No se puede dejar solo a un menor de edad, imagínate que te hubiese pasado algo mientras estabas sola. No es culpa tuya, es de tus padres, recuerdalo.
En esos momentos solo podía mirar hacía abajo ya que se me estaba cayendo la cara de vergüenza, no podía ni contestar. Simplemente no rompía a llorar para que mi dignidad no se fuese también por los suelos.
No era tan grave, sabía que a lo mejor teníamos que ir a juicio pero no creía que nada más pasase.
—¿Tienes otros familiares, no?—le miré expectante, quedándome en blanco—Posiblemente te ocurra eso.
¿Otros familiares?¿QUÉ?¿Realmente me iban a separar de mis padres o eso último era una broma?
Yo...yo no estaba preparada para esa noticia.
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Aguas Secretas©
FantasíaLía Wilson es una adolescente de 15 años que lleva una vida completamente normal. Sin embargo, mientras sus padres están de viaje , provoca un accidente que la obligará a mudarse a la otra punta del mundo. Allí hará nuevas amistades, experimentará...