Capítulo 33 - El milagro de la noche de los fuegos artificiales

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Todo el mundo estaba eufórico ya que este año la noche de los fuegos artificiales coincidía el viernes, así que se suspendían las clases.

—Que ganas tengo de mañana, con lo que me gusta a mi ver esos espectáculos—dijo una muy contenta Heather.

—Cuando vivía en Denver no me daban más—repliqué yo mostrando mi entusiasmo.

—Aquí son una pasada, hay que reconocerlo—comentó Tanya, a lo que prosiguió Sydney.

—El cielo se queda impregnado de colores y la música está muy bien, además hay unas vistas impresionantes ya que se tiran en una barca desde el mar.

—Ella antes vivía en una ciudad sin mar—replicó Heather antes de que yo lo hiciese—Te va a gustar, créeme.

Yo le dirigí una sonrisa medio forzada, a lo que pareció acordarse de otra cosa para preguntarme—¿Y quién te va a acompañar?

—¿Cómo?—mi expresión se tornó a incertidumbre.

—La tradición aquí en esa noche es ir acompañado por tu pareja—explicó entusiasmada la rubia—Por ejemplo, yo voy ir a ir con Erik, Tanya y Keko.

—Ajá...—empecé a jugar nerviosa con mi boli, al igual que hacía Cora desde hace un rato mientras miraba por la ventana.

—¿No me digas que Kyle no te ha invitado?—preguntó Heather con una cara de sorpresa.

—Pues no...—me encogí de hombros y le miré ya que sabía que estaba distraído hablando con Erik y Keko, pero tuve la mala suerte de que él también levantase la vista y me pillase mirándole de pleno.

Pero gracias a dios Tanya dijo algo y la observé rápidamente—Estará esperando a que des tu el paso, los chicos son así.

—No pierdes nada—incluyó Sydney mientras se tocaba uno de sus mechones dorados.

—¿Y tú desde cuando estás con Erik?—preguntó Heather con una sonrisa pícara, a lo que la rubia se sonrojo levemente.

—Bueno, desde la celebración de la fiesta del precurso estuvimos hablando y eso y ahora estamos ahí ahí.

—Espero que esta noche al fin os beséis, porque madre mía—dijo Tanya con ligero aire de superioridad.

—Tranquila, yo no me los voy follando el primer día que los conozco—Sydney levantó la ceja y hasta a Cora le salió una media sonrisa tras aquella épica vacilada.

—Qué mas dará si hay buena conexión—contestó cortante—Lo mejor es sexo sin compromiso.

Todas nos quedamos calladas ya que, aunque Tanya la replicó, nada podía superar lo que dijo Sydney.

Y justo sonó la campana para dejarnos salir de aquella hora libre que habíamos pedido a la profesora. Todos empezamos a recoger a velocidad de la luz, y me fijé en Kyle.

Entonces, se me cruzaron los cables y me dirigí hacia él sin pensarlo dos veces antes de que se fuese.

—Oye Kyle—lo miré dulcemente—¿Vienes mañana conmigo a los fuegos?

—No puedo—se pasó una mano por su cabello pajizo mientras que yo me torturaba con que no debería de habérselo dicho para no llevarme un chasco—Tengo una cena con los de surf, lo siento.

—Oh, no pasa nada—las demás se acercaban lentamente, a lo que yo les dirigí una sonrisa forzada, señalándoles que no había ido bien la cosa.

—Bueno, tengo prisa—dijo sin mirarme a los ojos—Chao—y se marchó, dejándome allí humillada delante de las demás.

Heather suspiró con molestia—Él se lo pierde.

Aguas Secretas©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora