Dos semanas después...
Fue el domingo cuando Cora finalmente se decidió para contarle lo de Joan a Heather, aprovechando que estábamos las tres haciendo un trabajo en mi casa.
Pero antes que nada, queríamos asegurarnos, entonces le hice a Heather una pregunta imprevista.
—¿Qué tal te va con Ethan?
Y aunque no lo aparentase en esos momentos, Cora y yo vivimos una extrema tensión en nuestros cuerpos ya que dependiendo de la reacción de Heather, se sabría si ya era el momento adecuado.
Ahí fue cuando Heather se proclamó con lo que estábamos rezando para nuestros adentros, es decir, con una sonrisilla tonta, la señal más obvia de mi mejor amiga.
—Yo creo que bastante bien—reprimió a continuación la sonrisa, respondiendo con normalidad—¿Por?
La chica de pelo azabache y yo nos miramos, indicándole que empezase—Heather, tengo que contarte una cosa.
...
Le llevo un buen rato a Cora explicárselo todo, ya que a ella le gustaba contarlo todo con pelos y señales para así atar todos los cabos.
Finalmente, cuando acabó el dormitorio se quedó sumido en silencio, no sabiendo muy bien si aquello significaba una buena señal además de la inexpresión en el rostro de Heather.
Sorprendentemente, se dio un giro en la situación—De hecho siempre supe muy en el fondo, a pesar de que no quería admitirlo, que vosotros dos teníais algo—clavó los ojos en Cora—Solo había que observar vuestra química tan natural—de repente, un sentimiento de culpa apareció en su tono—Y ahora entiendo por qué te enfadabas a veces tanto cuando te intentaba robar a un chico en una fiesta, mientras que tú me estabas haciendo ese favor.
En ese momento, en la habitación solo existían Cora y Heather y yo actuaba como mera espectadora. Y cuando la sirena verde iba a decir algo, Heather la interrumpió con unas palabras que salían de su boca cada año bisiesto.
—Perdona por haber sido una gilipollas.
Cora lucía impactada a la par que melancólica, y a medida que iban pasando los segundos, sucedió otro hecho extraordinario : Cora Broadway al borde de las lágrimas.
Acto seguido, ambas se levantaron y se abrazaron, y a mí se me estaba formando un nudo en la garganta tras tanta emoción inesperada.
—Perdona por no habértelo contado antes.
—Perdóname a mí por haberte fastidiado una relación y para encima ser una egoísta.
Tras desahogar todas aquellas cosas que no se dijeron y quitarme yo disimuladamente las pequeñas lágrimas en mis ojos, procedieron al acuerdo de paz.
—Entonces, ¿todo solucionado?—cuestionó Cora, dándome cuenta de todo lo que había evolucionado como persona en ese tiempo.
—Todo solucionado.
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Aguas Secretas©
FantasíaLía Wilson es una adolescente de 15 años que lleva una vida completamente normal. Sin embargo, mientras sus padres están de viaje , provoca un accidente que la obligará a mudarse a la otra punta del mundo. Allí hará nuevas amistades, experimentará...