Aguas Secretas©

Capítulo 24 - Bye bye summer | Parte 1

¡Por fin nuevo capítulo! He decidido dividir este capítulo en dos, ya que si no se haría demasiado largo y además la otra parte no sé cuando la escribiré, entonces hago mejor dos partes para no haceros esperar tanto.

En multimedia os dejo a Leo, el marido de Crystal, que es interpretado por Leonardo Dicaprio .¿A quién no le gustaría tener un marido así ?

En este cap. hay bastantes POV'S, espero no liaros, pero aun así son bastante claras. También hay alguna que otra dosis de "azúcar" jeje.

Y, como siempre os digo, comentad al final↓ que tal os ha parecido el capítulo, acepto todo tipo de críticas ;)

Os quiere, Thal♥

POV Y FECHA DESCONOCIDA

—Es que... —me miró directamente a los ojos, y ese hizo que me congelase—Tienes una similitud con ella que no puede ser casualidad...

— ¡Ya te he dicho mil veces que yo no tengo nada que ver con ella! —le chillé mientras apretaba mis puños para contener mi rabia.

—Recuerdo que ella tenía unos ojos más profundos que el mismísimo mar —empezó a divagar con melancolía, pero volvió su vista a mí de nuevo — ¿Ves? Tenéis el mismo destello triste en los ojos.

No...mis recuerdos habían comenzado a florecer inconscientemente, pero eso no iba a permitir que me dejase de defender.

— ¡Estás en una equivocación! —dije secamente pero con convicción.

Antes de que me pudiese dar cuenta, su cuerpo se empezó a dirigir con rapidez hacia mí y me empotró bruscamente contra la pared.

—Lo siento —estábamos a tan solo unos milímetros, tan cerca que podía oler su aliento mentolado —Lo tengo que hacer.

¿Cómo pude ser tan idiota de no haber reaccionado instantáneamente para rechazarle el beso?

Unos segundos después, sus labios estaban pegados contra los míos, pero yo no hice nada, me quedé congelada en el sitio.

Finalmente, se separó, y cuando me empecé a dar cuenta de lo que había acabado de hacer, no pude evitar dirigirme hacia él para descargar toda mi furia.

POV LÍA

Después de que ocurriese aquel "milagro", como decía Amanda, celebramos un banquete para celebrarlo, aunque básicamente la abuela aprovecho la oportunidad para reunir a todos los adultos y estar de cotilleo.

Y las semanas volvieron a pasar y a pasar, hasta que me di cuenta de una cosa.

El verano se estaba acabando, lo cual significaba que tendría que salir de mi burbuja y entrar de nuevo en la tan temida pesadilla escolar.

En ese momento empezamos a añorar todas las aventuras del verano, la eterna libertad y especialmente no tener que estar todo el día entre libros.

Pero por desgracia no había ningún botón mágico para parar el tiempo, lo que significaba que el día iba a llegar sí o sí, tal vez para unos más rápido, y para otros con más lentitud.

Víspera del comienzo de las clases...

Era mi último día.

Mi último día durmiendo tan plácidamente hasta la hora que me viniese en gana.

Sentía como ese día no tenía ganas de hacer nada, mi moral estaba sumamente baja y solo me apetecía volverme a echar en la cama como si nada pasase.

Pero le había prometido a Heather ir al centro comercial, y cualquiera le diría en esos momentos que no iba a ir.

Miré la hora y me apresuré a ducharme y a vestirme, ya que no iba precisamente sobrada de tiempo. Desayuné lo primero que encontré y salí de casa antes de que Heather me pudiera picar, ya que si no luego me iba a estar recriminando todo el rato que era una tardona.