Capítulo 21 - Tentaciones de verano

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La abuela y yo salimos del agua, y pude notar cómo se quedaba atrás.

— ¿Abuela? —observé su rostro decepcionado, seguramente por culpa mía. No me podía sentir peor en esos momentos—Abuela, de verás que lo siento. Soy una inútil.

—Cariño, no digas eso—posó una mano en mi hombro para calmarme—La culpa ha sido mía por presionarte tanto estos días.

Yo asentí y seguimos caminando mientras subíamos por el sendero.

—Te voy a dar unos días de descanso para que te relajes y luego volvemos a empezar, ¿te parece bien?

—S-si.

—Seguro que a la próxima lo haces bien, ya verás—me dio un pequeño abrazo y yo intenté mentalizarme para el siguiente entrenamiento.

...

Por suerte, justo el día en el que supuestamente iba a volver a entrenar, Kyle nos dijo de ir a un concierto de música electrónica en la ciudad de al lado.

Convencí con facilidad a Amanda ya que Heather y Cora estaban presentes. La mágica situación a cuando uno estaba acompañado en vez de estar solo...

Me terminé de peinar y vestirme, pero Heather no aparecía. Ya tenía la mochila lista, aunque el móvil estaba cargando ya que se me había olvidado hacerlo antes. Como consecuencia de mi aburrimiento, empecé a pintarme las uñas con un color que creía que iría bien con mi conjunto.

Y, cómo no, justo cuando iba por la segunda mano, Heather empezó a picar constantemente, haciendo que me pusiese nerviosa. El bote se me cayó en el suelo, esparciendo todo el líquido azul por el parqué.

Oía como la abuela me gritaba para que bajase, y como yo hacía caso omiso, empezó a subir las escaleras, haciendo que el taconeo se acercase poco a poco.

Mi sangre se congeló y mi cabeza empezó a planear una idea, pero era demasiado tarde. Rápidamente, cogí la alfombra y la puse encima del manchurrón. La puerta se abrió y pude notar la impaciencia en el rostro de mi abuela.

— ¿¡Cuantas veces te tengo dicho que no hagas esperar a la gente!? —yo suspiré de alivio mientras ella cogía la mochila y me la lanzaba. Me la coloqué y salí a paso ligero del dormitorio para evitar más broncas por parte de la abuela.

—No vengáis muy tarde, y tenéis que coger la línea 12—me dijo mientras bajaba las escaleras conmigo.

—Qué sí, no te preocupes—rodé los ojos mientras miraba a la puerta principal, donde estaba Heather.

Pude notar en su mirada molestia e impaciencia, lo que hizo que me apresurase y saliésemos de mi casa a velocidad de la luz.

— ¡El autobús sale a las seis y cuarto y son las seis! —me gritó al poco—¡Como lleguemos tarde te mato!

Íbamos prácticamente corriendo, y no me venía precisamente bien con el calor que estaba haciendo. Aunque al fin y al cabo la culpa la había tenido yo.

— ¿No son esos? —señalé a unos chicos mientras recuperaba el aliento.

— ¡Sí, son esos! —sus ojos se abrieron y se pusieron en modo de alerta—¡El bus acaba de llegar y se están montando!¡Corre! —me agarró de la muñeca y salimos corriendo despavoridas.

Pagamos el ticket y recorrimos el bus para encontrarnos con los demás, que seguramente estarían al final del todo donde quedaban sitios libres.

—¡Hola a todos! —saludó Heather mientras se volvía a hacer un semirrecogido ya que de tanto correr se le había despeinado.

Aguas Secretas©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora