Capítulo 4

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Ese era un gran día, era la semifinal de quidditch, Slytherin vs. Ravenclaw. Yo no era una gran fan del quidditch, menos de el de Hogwarts, pero solía ir a ver los partidos por Luna, quien disfrutaba mucho de estos.

-Ay estoy muy nerviosa. - dijo Luna mientras daba unos minis saltitos. -Espero que ganemos!

Nos dirigíamos hacia el campo de quidditch, y aunque a mí me daba vergüenza, Luna me obligaba a llevar minis banderas de Ravenclaw para alentar.

Llegamos y nos ubicamos en las gradas con las banderas de nuestra casa, conversamos un rato, mientras trataba de mantener calmada a Luna, quien me daba mucha risa por su entusiasmo.

Minutos más tarde comenzó el partido, fue muy intenso y violento, como solían serlo todos. Algo que todos sabían era que Slytherin siempre hacia trampa en sus partidos, era de esperarse que en este también lo hicieran, pero esta vez ni así lograron ganar.

Me alegre de ver a Luna tan feliz. Íbamos abrazadas bajando de las gradas, cuando de repente alguien me detuvo tomándome del brazo.

-Te veo en 10 minutos en las duchas- susurro Mattheo Riddle en mi oído.

Luego de eso se alejó de mí, sonaba muy enojado, pero era obvio el porqué.

Luna miro un poco desconcertada.

-No sabía que eran amigos.

-No lo somos- aclare rápidamente. -Debo irme, pero más tarde nos encontramos para ir a la fiesta en la sala común, ¿está bien?- pregunte soltándome de su brazo.

Luna sonrió y asintió, para luego caminar en dirección al castillo.

Espere unos minutos afuera de las carpas, ocultándome entre los arbustos para que nadie pudiera verme, y cuando vi que ya no había nadie, entre en estas. Camine despacio hacia las duchas, podía escuchar mi propia respiración cada vez siendo más intensa, cuando llegue cerré las puertas detrás de mí y coloque un hechizo silenciador.

-Quítate la ropa.-ordeno Mattheo.

Él se encontraba dándome la espalda, podía ver su cuerpo desnudo en la ducha y el agua caliente caer sobre él.

Trague saliva y comencé a desvestirme. Llegue a la parte de la camisa, botón por botón, pero mis manos empezaron a temblar.

Por favor ahora no, pensé, traté de respirar más profundamente y de tranquilizarme.

Luego de quitarme toda la ropa, camine hacia Mattheo, mi cuerpo aun temblaba ligeramente. Cuando estuve detrás de él, dio media vuelta y me observo lentamente de arriba a abajo, seguido a eso, movió uno de mis mechones de cabello y lo coloco detrás de mi oreja, se acercó aún más a mí y lentamente pasó su nariz por mi mandíbula y cuello.

-¿Cuánto ojitos verdes?- pregunto acercándose a mi oído.

-40.

Una sonrisa media perversa se formó en su rostro, y en un momento a otro, estampo de una manera muy intensa sus labios contra los míos.

•••••

Ya habían pasado un par de horas desde mi encuentro improvisado con Mattheo Riddle, y ese encuentro había durado más de lo que yo esperaba sinceramente.

Mattheo Riddle no era el tipo de persona con quien disfrutaba encontrarme, aclaró odiaba encontrarme con todos, pero siempre había uno más desagradable que otro y Riddle ocupaba uno de los primeros puestos.

Cuando regrese a mi cuarto, Luna se encontraba ya ahí. Ambas comenzamos a arreglarnos para la fiesta que nuestra casa había organizado. Ella estaba muy emocionada, pues no solían invitarla a las fiestas de las otras casas, así que solo salíamos juntas cuando nuestra casa organizaba una.

Me sentía mal cuando Luna se enteraba que yo iba a las otras fiestas sin ella, y en serio, no era algo que yo disfrutara, pero sabía que si iba todo el dinero que hacía en una semana, lo podía llegar a hacer en una noche, bueno... solo si me mentalizaba en eso.

Terminamos de arreglarnos y las dos nos veíamos muy lindas. Luna traía puesto un hermoso vestido celeste con estrellas doradas y unos zapatos blancos. Mientras que yo vestía una corta falda color negro, un top engomado de cuello redondo y largo de color rojo, y en mis pies traía unos tacones negros.

Luego bajamos por las escaleras y cuando llegamos ya habían muchas personas, la música estaba alta y había bastante humo, así que era un poco difícil reconocer a los que se encontraban ahí. Caminamos un poco más y nos encontramos con Ginny Weasley, la saludamos y Luna se fue a bailar con ella. Aproveche ese momento en el que se había separado de mí y rápidamente fui a buscar al chico de Gryffindor.

Después de buscarlo por todos lados lo encontré en uno de los sillones charlando con sus amigos, no quería acercarme, así que espere a un lado hasta que el me viera. No tardó mucho en darse cuenta de todos modos, lo vi levantarse del sillón y decirles a sus amigos que debía ir al baño. Cuando comenzó a caminar, fui detrás de él, pero unos cuantos metros alejada, entró en el baño y yo espere unos minutos afuera.

En el momento en el que entre, lo vi sentado sobre la tapa del inodoro y se podía observar claramente el bulto en su pantalón, esa cosa iba a explotar en cualquier momento.

Me hizo una seña para que me acercara.

-¿Cuánto va a ser hoy ojitos verdes?- pregunto el pelirrojo con una pequeña sonrisa en su rostro.

-15 galeones- dije mientras amarraba mi cabello y me arrodillaba.

Minutos después el pelirrojo salió por la puerta del baño.

Me levante y lave mi boca con agua del grifo, luego me senté sobre la tapa del inodoro y me quede ahí un rato, mientras algunas de mis lágrimas caían por mis mejillas.

Es por Charlotte, es por Charlotte, repetía en mi mente mientras cerraba mis ojos con fuerza, lleve mis piernas a mi pecho y las abrace con mis brazos.

De repente alguien abrió con fuerza la puerta del baño.

Un chico que sostenía una bebida en su mano izquierda, se encontraba parado al lado de la puerta entre abierta.

-Oh...ehm....lo lamento, no sabía que estaba ocupado- se excusó rápidamente.

Lo mire a la cara y lo reconocí, escondí mi cara entre mis rodillas y pecho y con la intención de que se fuera dije:

-Aprende a tocar la puerta Nott.

Theodore Nott se quedó ahí parado observándome sin decir una sola palabra. Levante mi cabeza y no comprendía que es lo que estaba esperando.

-Vas a irte o vas a quedarte toda la noche mirándome- proteste un poco molesta.

-Claro...-murmuró.

Dio la vuelta para abrir la puerta, cuando se quedó quieto por unos segundos, cuando volvió a mirarme.

-De hecho...quiero...-se aclaró la garganta, se notaba muy nervioso y un poco incómodo, lo que hacía que yo también lo estuviera. - quiero preguntarte algo.

Ya sabía lo que quería.

-Dime.

-¿Cuánto me cobras la noche?

𝐎𝐉𝐈𝐓𝐎𝐒 𝐕𝐄𝐑𝐃𝐄𝐒 | 𝑻𝒉𝒆𝒐𝒅𝒐𝒓𝒆 𝑵𝒐𝒕𝒕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora