Capítulo 7

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Llego nuevamente el sábado y el fin de semana solía ser muy movido. Pero recuerdo que ese día, fue muy diferente.

Tenía cuatro encuentros esa noche, así que seguramente volvería a mi cuarto como a las 8 o 9 de la mañana.

Iba en camino hacia mi sala común, luego de haber cenado en el gran comedor, cuando Theodore Nott empezó a caminar a la par.

-¿Vienes a mi cuarto?- pregunto el castaño con su mirada hacia el frente.

-No puedo- gire hacia el pasillo contrario al que Nott debía ir. Él se percató de mi acción e inmediatamente tomo el mismo camino que yo.

-Te doy 150 galeones si vienes conmigo y te quedas toda la noche- dijo apresurando su paso, para alcanzarme.

Frene en seco al escuchar lo que había salido de la boca del castaño.

¿Otra vez ofreciéndome demasiado dinero?

Me gire para que nuestras miradas se encontraran.

-¿Es en serio?- pregunte sorprendida.

-Yo no hago bromas.

Me quede en silencio por unos segundos, mientras observaba sigilosamente sus ojos, intentando encontrar algún indicio que me confirmara que estaba mintiendo.

-Bien.

Luego de escuchar mi respuesta Theodore Nott se alejó de mí y puede ver su sombra desaparecer cuando giro en aquel pasillo.

Camine rápidamente hacia mi cuarto y me prepare. Tuve que inviarle un mensaje a cada uno de los chicos con los que debía acostarme esa noche, haciéndoles saber que llegaría más tarde a nuestros encuentros.

Más tarde en la noche me dirigí hacia el cuarto de Nott.

Cuando llegue esta apunto de tocar la puerta, pero él abrió antes de que yo pudiera hacerlo.

-Pasa.

Lo mire por unos segundos y luego camine hasta estar dentro del cuarto. Me senté en su cama, esperando a que él se acercara, pero... extrañamente cerró la puerta y se dirigió a su escritorio, en donde se sentó y comenzó hacer su tarea.

Me quede perpleja por unos segundos. Esto no era normal, siempre se tiraban desesperados sobre mí los chicos cuando yo llegaba, pero ese día, Nott simplemente se acomodó en su silla silenciosamente y continúo con sus deberes.

No sabía qué hacer.

¿Esperaba a que terminara y me quedaba ahí sentada?

O quizás él quería que yo me acercara.

Me levante un poco incomoda y me acerque a él, había una silla vacía a su lado, así que me senté ahí.

Yo no era una chica muy extrovertida y atrevida a la hora de tener relaciones sexuales, tampoco es que fuera tan experta en como calentar a los chicos, simplemente hacia lo que ellos me ordenaban. Es por eso, que si Nott buscaba que yo hiciera algo de eso, no iba a lograrlo, porque no tenía ni idea de cómo.

Cuando me senté en la silla, Nott ni siquiera volteo a mirarme, siguió concentrado en lo que hacía.

-¿Historia de la magia?- pregunte al observar el pergamino.

El giro a verme y sonrió por la comisura de su labio.

-S-si... se me dificulta un poco esta materia- admitió.

-Yo ya tengo hecha esa tarea, puedo pasártela- ofrecí.- Digo... así no pierdes tiempo...ehm ya sabes.

Theodore negó con la cabeza.

-Está bien, no te preocupes.

Luego de eso continúo escribiendo y leyendo los libros que habían a su alrededor.

El ambiente era bastante incómodo. Tome entre una de mis manos un lápiz que se encontraba sobre la mesa y comencé a jugar con él, luego me puse cómoda en la silla, ya que viendo la tarea de Nott, recién estaba comenzando.

Aburrida comencé a dibujar diferentes tipos de ojos y flores en un trozo de papel, los minutos pasaban y Nott no hacía nada más que escribir, se notaba que no había interés de su parte en acostarse conmigo esa noche.

Tome un poco de valor y pregunte:

-Nott...

-Uhm- dijo sin despegar su vista del pergamino.

-¿Vas a acostarte conmigo esta noche o no?- pregunte directamente.

-No.

Mis ojos se abrieron un poco y enseguida me acomode correctamente en la silla.

- ¿¡Qué!?- las palabras salieron casi en un grito de mi boca.

No entendía que era lo que Nott pretendía. ¿Tenerme toda la noche ahí sentada sobre una silla? Cuando podría estar en estar en otro lugar ganando dinero...

-Cálmate- respondió sin despegar su vista del libro.- No te preocupes... voy a pagarte de todas formas- aclaró.

Me tranquilice un poco al oír eso, pero aun así seguía sin entender para que me había llamado.

-Y entonces... ¿Qué hago? ¿Me quedo aquí sentada toda la noche a tu lado? - cuestione algo confundida.

Saco su vista del libro para al fin mirarme. Observo mi cara por unos segundos y dijo:

-Acuéstate en la cama y duerme... estas cansada, se te nota.

Mi cara al oír eso cambio completamente, ¿de verdad esperaba que me quedara toda la noche en su habitación? Pensaba que se refería a que sea solo por unas horas, pero él pretendía que me quedara hasta la mañana siguiente...

No podía acostarme a dormir, tenía que ir con los demás chicos.

A decir verdad, no solía dormir bien, por eso mi cara siempre tenía algo de ojeras, pero no podía quedarme.

Nott notó que no me movía de mi silla y que mi cara estaba un poco pálida.
-Vete a dormir.

-No puedo- respondí.

-¿Por qué?- pregunto no muy interesado.

-Bueno es que.... En realidad, no puedo quedarme contigo toda la noche- confesé, mientras me tomaba mis propias manos que comenzaban a sudar.

- ¿Y por qué no? - cuestiono ahora si algo enfadado- Si te estoy pagando para que te quedes conmigo TODA la noche.

Y tenía razón, él me estaba pagando por eso.

-Olvídalo- respondí levantándome inmediatamente de su silla y caminando hacia su cama, tratando de que se olvidara de lo que había dicho.

Me saque mis tacones y deje a un lado el tapado, dejando ver el vestido rojo que traía debajo de él.

- ¿Quieres que te preste ropa? - ofreció Nott.

-¿Qué?

-Para que duermas más cómoda.

Moví un poco mi cabeza negando su oferta, pero al castaño no le importo, se paró de su silla y se acercó al armario, de ahí tomo una camisa celeste y la dejo a mi lado.

Dude unos segundos, pero al final acepte, el vestido debo admitir, que era muy ajustado como para dormir.

Me puse de espaldas a Nott, aunque él estaba concentrado en su tarea, y me saque el vestido, lo deje a un lado y me coloque la camisa, la cual me quedaba algo grande. Luego me acosté dentro de la cama, mientras observaba a Nott escribir en ese pergamino.

Pensaba en porque pagaría 150 galeones solo para que yo durmiera en su cama, quizás se siente solo, pensé. Realmente no era eso lo que más me preocupaba, si no, ¿Que pasaría mañana con los chicos a los cuales les había atrasado el encuentro?

Iban a matarme.

𝐎𝐉𝐈𝐓𝐎𝐒 𝐕𝐄𝐑𝐃𝐄𝐒 | 𝑻𝒉𝒆𝒐𝒅𝒐𝒓𝒆 𝑵𝒐𝒕𝒕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora