Bethany
Me desperté de la siesta sobre las seis y lo primero que hice fue ir directamente a la ducha. Me había duchado esta mañana pero me sentía algo sucia después de haber tenido un sueño subidito de tono que involucraba a Adam y a sus manos. Me sentía avergonzada y rara. ¿Desde cuando tenía sueños eróticos? Jamás me había pasado.
Lave mi cuerpo y salí envuelta en una toalla. Decidí empezar a preprarme porque me conocía y sabía que sin importar el tiempo que tenga para arreglarme, llegaría justa o incluso tarde, como me pasa siempre, y esta vez no podía permitírmelo.
Me realicé la misma rutina de maquillaje de siempre a excepción de que agregue unas sombras y brillo a los ojos y un labial rojo en mis labios del mismo tono que el vestido. Decidí recogerme el pelo en un moño bajo con varios mechones sueltos para que así la espalda luzca mucho más.
Antes de ponerme el vestido rebusque en mi armario unos tacones que combinarán. Encontré unos de color negro con tacón de aguja. Perfectos.
Me coloqué los pendientes que me había comprado; dos aretes pequeños de los que colgaban un par de piedras preciosas, y dejé mi cuello sin ningún collar para que el escote resaltará más. Por último, saqué el vestido cuidadosamente de su caja y me lo coloqué. No era por ser egocéntrica pero me quedaba genial, parecía estar hecho especialmente para mi y no se como es eso puede ser posible teniendo en cuenta que no me lo probé, pero en esos momentos me daba igual.
La tira ancha que tenía en la zona del abdomen se ajustaba a mi cuerpo de maravilla acentuando así, mi pequeña cintura. La forma del escote delantero me marcaba los pechos haciéndolos lucir redondos y preciosos y el trasero conseguía darle elegancia pero al mismo tiempo un toque sexy que me hacía sentir muy bien.
No podía dejar de mirarme al espejo. Me veía increíble y me sentía una diosa.
Encontré un bolso del mismo color que los tacones y metí lo necesario. Después miré el reloj, quedaban cinco minutos para las ocho. Menos mal que había empezado a prepararme a las seis.
Opte por bajar y así demostrarle a Adam que podía ser puntual e incluso, en este caso, estar antes que él. Salí de la habitación y me encontré con la desagradable sorpresa de que él ya estaba de pie en la puerta de la entrada.
Vestía su ya conocido traje negro, solo que esta vez también llevaba una corbata de color roja cosa me extrañó, ya que siempre viste de negro y como mucho con alguna prenda blanca; pero lo que de verdad me hizo fruncir el ceño era ver que el tono rojo era el mismo que el de de mi vestido.
Tenía la cabeza baja, estaba mirando el móvil pero pareció sentir mi presencia porque la levantó y sus ojos en mi. Trague saliva y después de tomar una respiración profunda baje las escaleras ayudándome de la barandilla. Su mirada bajó hasta el final del vestido para detenerse durante unos segundos en mis pechos antes de volver a subirla a mi rostro.
Hombres, pensé con ganas de girar los ojos. Aunque cuando posó sus ojos en mí deseé que no lo hubiera hecho y volviera a mirarme las tetas porque consiguió que la respiración se me entrecortara. Su mirada era penetrante pero aun así no me deje intimidar y se la sostuve.
Terminé de bajar las escaleras y me acerqué a él sin romper el contacto visual.
–¿Cómo estoy? –le pregunté dando una vuelta sobre mi misma.
Sus ojos se oscurecieron y tardó unos segundos en contestar. Se aclaró la garganta antes de hablar.
–Estas... Adecuada. –dijo después de pensarlo.
Encarne una ceja, menudo piropo de mierda, esta claro que aquello no se le daba bien.
–Gracias... Creo.
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AMOR POR CONVENIENCIA
RomanceA Bethany Jones le han aceptado una entrevista en una de las empresas más prestigiosas de New York pero... ¿Que pasará cuando descubra que acaba de firmar el contrato para ser la esposa de Adam Wilson?