CAPITULO 7

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Adam

Me concentro en descuartizar con la mirada al hombre que se hace llamar mi padre. Él continúa sonriendo como el gilipollas que es, pero yo estoy que desprendo irá por cada poro de mi cuerpo por intentar tocar algo que me pertenece.

No se que es lo que sucede a nuestro alrededor, y sinceramente no me importa una mierda. Solo quiero que se vaya y nos deje a Bethany y a mi en paz para poder continuar lo que por su culpa, hemos dejado a medias.

Me coloco entre ambos, cubriendo el cuerpo de Bethany con el mío para que así, no consiga hacerlo. No digo nada, pero tampoco hace falta, él sabe perfectamente lo que está haciendo. En vez de bajar el brazo, levanta ambos y sonríe divertido.

–Tranquilo hijo, no pretendo golpearla, solo presentarme. –sus palabras solo consiguen tensarme más y eso me enfada porque se que es exactamente lo que busca; y en el momento en el que se ha intentado acercar a Bethany lo ha logrado.

–No es necesario, puedes desaparecer.

–Hijo...

–Lárgate. –lo interrumpo elevando el tono de voz.

Pero no lo hace. Solo baja las manos para meterla en los bolsillos de su traje y gira ligeramente la cabeza, aun divertido. Mi mandíbula y puños duelen debido a lo mucho que los estoy aparentando, pero es eso, o romperle la cara delante de todo el mundo y por muchas ganas que tenga de hacerlo, debo contenerme y no dejarme llevar por mis impulsos. Al menos no delante de Bethany, lo que el resto de la gente vea o deje de ver me da absolutamente igual.

Noto un pequeño tirón en la manga de mi traje, pero no es eso lo que me hace reaccionar, sino lo que el tacto de la mano de la persona que tira de él me hace sentir. Un escalofrío agradable, que comienza en ese punto, termina recogiendo mi cuerpo al completo, produciendo algo cálido que jamás había sentido.

Me giro hacia Bethany que me mira con ojos suplicantes, parece preocupada lo que me hace olvidar a mi padre y brindarle toda mi atención a ella.

–Adam volvemos a ser el centro de mira. –me informa en un susurro que solo nosotros podemos escuchar antes de hablar en tono normal– Ya estoy cansada de tanto bailar, ¿te importa si volvemos a la mesa? –pregunta inocentemente.

Frunzo el ceño, me cuesta un instante darme cuenta de que solo es una excusa para alejarnos del hombre que no se pierde ninguno de los movimientos que realiza mi esposa. Asiento con la cabeza.

–Genial. –justo en ese instante veo como la mirada de mi padre cae sobre el anillo que lleva en el dedo– Disculp-

La tomo de la cintura sin dejarla acabar y me la llevo rápidamente de allí, no le quiero cerca de ella.  Caminamos en dirección a la mesa, lo único que me apetece ahora mismo es estar solo pero voy con el pensamiento de que no puedo hacerlo porque entonces dejaría sola a Bethany y no es algo que vaya a permitir. Pero al llegar a la mesa y ver que Linda y James han regresado, me apresuro a dejar a Bethany con ellos para poder escaparme unos minutos.

Salgo al patio trasero pero me quedo en el porche, me deshago de la chaqueta y procedo a encender un cigarrillo que rápidamente introduzco en mi boca. Doy la primera calada con lentitud sintiendo como el humo se extiende por mis pulmones consiguiendo así, calmarme un poco.

Pensaba que así conseguiría calmarme pero estaba equivocado, aun me siento acelerado y el ligero ruido que escucho desde el interior de la casa me da dolor de cabeza. Me alejo deteniéndome en mitad del amplio campo, llevando solo conmigo el paquete de tabaco del cual saco mi segundo cigarrillo.

Ligeras gotas de lluvia que me mojan comienzan a caer del cielo pero no me muevo. Mi cabeza solo es capaz de pensar y analizar el desagradable encontronazo de hace unos minutos.

AMOR POR CONVENIENCIA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora