CAPITULO 23

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Bethany

Me despierto por segunda vez consecutiva entre los brazos de Adam. Froto mis ojos y bostezo antes de acomodarme sobre él apoyando mi barbilla en su pecho desnudo y lo observo porque es algo que hace poco he descubierto que me gusta hacer.

Él todavía está dormido, su semblante indica lo tranquilo que está, algo bastante extraño, estoy acostumbrada a verlo tenso o serio. Me gusta mas asi.

Aunque más me gusta el lado de Adam que pude ver ayer. Aquel que me llevó a una cita, se mostró interesado en lo que le contaba y me cogió en brazos solo porque sabia que me gustaban esas cosas. Ese Adam me sorprendió gratamente.

Jamás pensé que fuera alguien cariñoso, más bien me lo imaginaba como alguien que aborrece el contacto físico y odia todo lo que tiene que ver con las cosas de parejas. Mis pensamientos son debido principalmente, a que hemos llegado hasta aquí gracias a un contrato. Estoy segura de que si le gustara el tema de tener pareja no hubiera necesitado contratar a alguien para que lo fuera. Con lo guapo que es se con firmeza que miles de mujeres se hubieran ofrecido voluntarias sin pedir dinero a cambio por ello, ¿quien no lo haría? Es el hombre más atractivo que he conocido en mi vida.

No puedo evitarlo y sonrío un poquito por ser yo quien estuvo con él en aquella cita. Para una vez que tengo suerte en la vida...

Recorro cada centímetro de su rostro con la mirada, sus tatuajes los repaso con mi dedo índice y en alguna ocasión deposito un pequeño beso sobre ellos, en mis favoritos más concretamente que son las frases en un idioma que no entiendo.

–Voy a sacarme una foto y enviártela para que puedas observarme tanto como quieras cuando no esté.

Levantó la cabeza de golpe.

Mierda. Me ha pillado.

Mis mejillas se tornan rojas de inmediato y escondo la cabeza en su pecho tratando que no lo note, pero sobre todo lo hago para no tener que mirarle porque me muero de la vergüenza, seguro que parecía una loca obsesionada.

Al contrario de lo que pensaba él suelta una risa que pone a vibrar todo su cuerpo, aun así, agradezco el sonido del timbre porque me salva de esta situación vergonzosa.

–Ignoralo. –pide tirando de mí al ver mis intenciones de salir.

–Podría ser importante.

Me levanto dejándolo molesto en la cama, me coloco una de sus camisetas y bajo los escalones arreglándome el pelo y frotándome los ojos. El sonido del timbre no cesa, de hecho se hace más repetitivo y continuo conbinandose con golpes sobre la madera. Adam me alcanza y se coloca detrás de mí antes de abrir la puerta.

–¡Que me caso tía! –chilla Linda emocionada elevando su mano para que pueda ver su anillo de pedida.

Me llevo las manos a la boca sorprendida. Aunque tenía claro que estaban hechos el uno para el otro desde la primera vez que los vi, no me esperaba que esto fuera a suceder tan pronto.

–¡Dios mío! ¡Felicidades! –grito yo también muy alegre por los dos antes de abrazarla con fuerza.

Me devuelve el abrazo con el mismo entusiasmo y antes de que pueda felicitar al novio, ya me está arrastrando escaleras arriba.

–¡Voy a contarle los detalles! –les grita a los hombres.

Entramos a mi habitación, se siente raro, hace solo un par de días que no duermo aquí pero parece que han pasado semanas, meses tal vez. Trato de disimularlo porque ahora mismo lo que importa es mi amiga y además quiero saber todos los detalles, no puedo negarlo, soy una cotilla.

AMOR POR CONVENIENCIA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora