CAPITULO 33

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Bethany

–Toma, bebe. –Jessica me ofrece un chupito de tequila.

–No, gracias, estoy bien. --le muestro con orgullo mi vasito de refresco. 

Gira los ojos, como cansada.

–Vamos no seas un muermo, el alcohol te hará sentir más suelta.

Tiene razón, pero sigo negando.

Estamos en un bar a las afueras de la ciudad dos días después de mi charla con Jessica, tal y como me dijo habría una fiesta en este lugar y bueno... Aquí estamos. Hasta el momento me he sentido sorprendentemente cómoda pues hemos llegado con un par de horas de antelación y ha sido como estar en un bar cualquiera tomando cócteles con tus amigos mientras habláis de la vida en general.

Hace poco que ha venido el dj dando inicio a la verdadera fiesta, lo cual me tiene un poco tensa ya que todo el mundo me insiste en hacer cosas que no se si quiero.

–Joder Bethany, si no vas a beber ni bailar, ¿para que hemos salido entonces? –suena algo molesta.

Me quedo en silencio encogiéndome de hombros y preguntándome exactamente lo mismo, ¿Qué hago aquí? ¿Tan desesperada estoy por no quedarme sola que hago cosas que no me apetecen solo para complacer a los demás y que no me aparten de su lado? Soy patética.

–No puedo beber alcohol, estoy tomando una medicación que no me lo permite.

Se queda quieta en su lugar pestañeando en mi dirección.

–¿Cuál?

–Unas pastillas para el acné. –contesto rápido.

–Pero si nunca has sido propensa... –se acerca a observarme y en su tono de voz noto algo parecido al recelo.

Me aparto cuando intenta tocarme la cara, no me gusta que me toquen.

–Me han empezado a salir hace poco. –miento.

Frunce el ceño y después de un rato deja de insistir entablando conversación con alguno de sus amigos. No me parecen malas personas, de hecho varios de ellos hablan conmigo y se interesan por mis gustos, algunos otros me consiguen sonsacar una risita por las tonterias que dicen borrachos.

Pero llega un instante en el que todos están tan pasados de alcohol que empiezan a desaparecer ya sea con personas que han conocido y con las que pretenden enrollarse, en busca de más alcohol o para hacer tonterías alejados de la mesa donde estoy sentada. Es entonces cuando me empiezo a sentir fuera de lugar.

Incluso cuando era más joven y podía beber, no era capaz de hacer caso a mis pensamientos intrusivos por más borracha que estuviera, ya que desde que tuve un par de sustos que casi acaban con mi vida, he sabido controlar cual es mi límite y nunca me he sobrepasado más de lo necesario.

Lo peor es que no puedo culpar a otras personas por ser como soy, Jessica tiene razón al decir que no todo puede estar hecho a mi medida. Nadie tiene la obligación de quedarse a mi lado para que yo no me sienta mal, eso es un problema mío. La gente ha venido a disfrutar y cada uno tiene una forma de hacerlo, que yo no sepa como, solo me incumbe a mi.

Creo que estoy defectuosa.

Me miro las uñas pensando en lo diferente que sería todo si Adam estuviera aquí, se que no se alejaría y estaría toda la noche acompañada como mínimo de el. Sonrío al recordarlo acariciándome el pecho cuando noto una agradable calidez. Pero no dura mucho pienso que soy consciente de que no debería acostumbrarme, por varios motivos. Llegará un momento en el que vuelva a estar sola, por no hablar de que tampoco es justo retenerlo a mi lado siempre que salgamos cohibiéndole de divertirse. El debería poder disfrutar a su manera y todavía no se cual es ya que he estado demasiado centrada en mi misma.

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⏰ Última actualización: 5 days ago ⏰

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