VIOLENNA

Te amo:

DENNA:

Era medianoche. Abrió los ojos a la oscuridad, no veía nada. Tan solo a Violeta, que la agarraba con fuerza, como si tuviese miedo a perderla, pero, después de todo lo que habían pasado, ¿sucedería algo peor? Denna no quería ni pensar en si aquel día llegaría. 

Intentó volver a dormir, pero no pudo. La habitación estaba en completo silencio, y tan solo la respiración profunda de Violeta se escuchaba de vez en cuando. El brazo de la pelirroja, rodeando su cintura, la estaba asfixiando, así que lo apartó y se levantó de la cama con cuidado para no despertarla. 

Una vez de pie, buscó su reproductor de música y sus auriculares, y Christina Aguilera comenzó a sonar por ellos. "Pero me acuerdo de ti" era la canción en concreto. Estuvo escuchando música, sentada en el sofá de al lado de la cama, hasta que los primeros rayos de sol se asomaron por la ventana. 

Volvió a la cama, y cogió de nuevo el brazo de Violeta y lo colocó sobre su cintura, haciéndola sentir mucho más reconfortada. Se apoyó en el hombro de la pelirroja, y aspirando el suave olor a eucalipto que desprendía su cuerpo, cayó dormida. 

Volvió a despertarse cuando los rayos de sol ya inundaban la habitación, y Violeta estaba despierta, mirando a la ventana. Denna se quedó contemplándola, sus ojos brillaban con el efecto del sol, y los hacían parecer verdes oscuros. La granadina se dio cuenta de que la estaba observando, y se volvió hacia ella.

-¿Qué miras con tanto interés?- preguntó Denna.

-¿Ahora mismo?-

-Si-

-A ti- respondió Violeta guiñándole el ojo. 

La rubia no se pudo contener, y juntó sus labios nuevamente. Se besaron varias veces, y justo cuando Denna iba a incorporarse, llamaron a la puerta. 

-¿Si?- preguntó Violeta, tapándole la boca a Denna. La rubia se levantó rápidamente de la cama y se dejó caer con suma naturalidad en el sofá. 

La doctora Romero entró por la puerta, con los resultados de las pruebas de Violeta. 

-Buenos días- dijo la médico atravesando la habitación.

-Buenos días doctora- respondió Denna, que ya la conocía.

-Hola Violeta, soy la doctora Romero, la doctora que te ha estado atendiendo. Tengo tus informes y no hay nada por lo que preocuparse- 

-Muchas gracias doctora, pero, ¿qué ha pasado exactamente?- quiso saber.

-Violeta, tuviste una grave bajada de tensión porque tu hígado no funcionó con normalidad en ese momento, debido a la ingesta de sustancias médicas no recetadas que consumías para mitigar el dolor-

-¿Esas pastillas han provocado todo?- dijo Violeta incrédula mirando a Denna, que miraba con atención los resultados de las pruebas que le había dejado observar la médico.

La doctora asintió. Denna suspiró varias veces, haciendo ver a Violeta que tenía razón.

-Pero tu hígado se ha recuperado perfectamente y te podemos dar el alta para que podáis volver las dos a la academia-

-¿De verdad?- preguntó Denna, cogiendo la mano de la pelirroja con fuerza.

-Si, y es más, no creo ni que necesites quedarte hasta la tarde, podéis salir dentro de 1 hora, os hemos cogido un coche, en menos de 45 minutos estaréis en la academia. Y eso es todo, me alegro de que todo haya salido bien- dijo la doctora dándose la vuelta hacia la puerta.

-Doctora- susurró Violeta antes de que la médico abandonara la habitación.

-¿Si?- dijo volviendo la cabeza hacia la granadina.