VIOLENNA

MADRID CITY 2.0:

VIOLETA:

Violeta abrió la puerta de su taquilla, y cerró los ojos. El tiempo se paró, para ella no había nada más en la sala, solo ella y la taquilla. Violeta estaba temblando, miles de recuerdos se le pasaron por la cabeza, literalmente vio su vida pasar, a través de todos los momentos que le venían ahora a la mente. Pensó en Denna, inevitablemente. Había estado todo el día tratando de evitarla, pero había sido en vano, como la espuma del mar, siempre volvía. 

Abrió los ojos, lentamente y con cuidado, temerosa ante lo que se pudiera encontrar en esa taquilla, "si no arriesgas, no ganas"- supuso ella. Abrió completamente los ojos y miró al interior.

Violeta chilló de alegría y emoción. La taquilla contenía una camiseta azul con su nombre y una llave plateada, que supuso sería un símbolo representativo sobre lo que era entrar a la academia.

Las lágrimas le surcaron la cara, no se lo podía creer, lo había conseguido, estaba entre los 18 elegidos para cantar en la gala 0, y porqué no, acceder a OT oficialmente. Se le vino a la mente también todo el trabajo, y todo el esfuerzo y tiempo que había dedicado para estar ahí.

Automáticamente se giró a su izquierda, a mirar a su compañera, a mirar a Denna. La rubia estaba con las manos tapándose la boca y llorando. Estaba sentada en el suelo, así que Violeta se acercó a mirar lo que había dentro de su taquilla. También había una camiseta y una llave, la pelirroja no pudo evitar sentirse aliviada y orgullosa. Lo había logrado, ella y Denna estaban dentro, seguían juntas, y aunque Violeta no se atreviese a mirarle a la cara y decirle que se había enamorado perdidamente de ella, sentía que ese momento podía estar más cerca.

-¡DENNA!- gritó Violeta, agachándose para poder abrazarla. La rubia dejó de llorar y se arrojó a los brazos de Violeta con pasión. Se fundieron en un abrazo mágico, Denna intentó calmarse, pero no podía.

-¿Y tú?- preguntó entre sollozos la rubia.

-También Denna, también- murmuró ella a su oído. Denna comenzó a llorar todavía más, y Violeta no sabía porque, ¿estaría llorando porque ella también había podido entrar?, ¿estaría llorando de alivio por saber que ella también se quedaba?, pensó por unos instantes en eso, pero ella quería vivir el ahora, el presente, y en el presente Denna estaba entre sus brazos.

Se separaron, y Violeta fue a buscar a Salma, aunque pudo ver cómo un chico, de barba y pelo negro se acercaba a abrazar a Denna, sería el chico cordobés, Alex, juraría que se llamaba Violeta. Se sintió un poco celosa, no obstante, pero se alegró al ver que Salma y Naiara también habían pasado.

-¡Naiaraaa!- exclamó ella. Naiara se giró al verla y fue corriendo a abrazarla. 

-Ay Violeta, que estoy llorando, JAJAJAJ- se rio Naiara con las lágrimas todavía frescas.

-Pues lloramos juntas- dijo la voz de Salma al mismo tiempo que se abrazaban entre las tres.

Martin y Juanjo también se unieron al abrazo conjunto, y gritando, confirmaron, para la tranquilidad de Violeta, que ellos también estaban dentro. 

-¡Vamos a celebrarlo!- gritó Ruslana, que también se había metido en el gran abrazo, y que por supuesto también había pasado el corte.

-¡CLARO!- chilló Naiara, que no podía contener las lágrimas.

Cuando se acabó el abrazo, cogieron sus cosas, se despidieron de los compañeros que no habían podido pasar y también de los profesores. Hubo alguna lágrima, pero las ganas de celebrar se impusieron a las de llorar, y salieron todos a la calle.

Violeta no veía a Denna por ningún lado, y empezó a preocuparse, hasta que salió, varios minutos después de hablar con Noemí. 

-¡Rubia!, ¡nos vamos de fiesta!, ¿vienes?- le preguntó Juanjo.

Denna miró a Violeta, que con cara suplicante, le rogaba indirectamente que por favor fuese con ellos.

-Como no iba a ir, ¡VAMOOSS!- gritó Denna al mismo tiempo que a Violeta se le dibujaba una gran sonrisa en la cara.

Se subieron en varios taxis y les llevaron al local que tenía la hermana de Naiara en el centro de Madrid. Allí se bajaron todos, y aspiraron el verdadero aire de fiesta de la capital española.

Entraron al local, que estaba lleno de luces, DJ, bebidas, comida, y altavoces. A Violeta el local le pareció una verdadera pasada, y en ese momento solo pensaba en disfrutar, y gritar y cantar las canciones como una auténtica despechada, pero también como una auténtica enamorada.

Estuvieron 5 horas, dándolo todo hasta las 3 de la mañana. Para ese momento estaban todos colocados, sobretodo Violeta y Juanjo, que estaban borrachos a más no poder. Denna también estaba colocada, pero no como los otros dos.

Habían estado separadas toda la noche, aunque Violeta había estado observando a Denna de vez en cuando. 

Empezó a sonar "Ya no quiero ná" de Lola Índigo. Todos los presentes se volvieron locos, y se juntaron en el centro de la pista. Ahí fue cuando Violeta vio a Denna por primera vez desde que habían entrado al local, y se quedó embobada. Denna se había cambiado de ropa, y llevaba una falda corta, y un top que dejaba ver todo de lo que Violeta tenía hambre en ese momento. 

Denna se acercó a ella, y la miró de arriba abajo, Violeta notó su mirada sobre su cintura, labios y su torso, que estaba medio desnudo. Después notó como la rubia miraba sus labios, con ¿deseo?, ¿hambre?, no lo sabía diferenciar porque estaba muy borracha.

Sorprendentemente, Denna empezó a perrear al lado de ella, Violeta como no, no pudo dejar de mirarla, no se atrevía a ponerse delante, pero alguien lo hizo por ella. Salma la empujó sin querer y Violeta acabó siendo perreada por Denna. Esta pensó que se desmayaba ahí mismo, pero mantuvo la compostura y disfrutó del momento. Luego Denna paró y se giró hacia ella. Sus caras estaban a pocos centímetros, y sus cuerpos estaban separados por la delgada línea de la indecisión. Violeta miró con deseo la cintura de Denna, y pudo ver cómo esta se daba cuenta, y como contraposición centraba su mirada en su pecho.

"Y en la noche no todo es real", Denna agarró la cara de Violeta, que alucinada, se mordió los labios. Violeta no sabía lo que estaba pasando, no sabía cómo de repente Denna estaba agarrándole la cara, no sabía cómo había podido pasar eso, si tenía novia, pero sobretodo, tampoco podía pensar porque no estaba disfrutando de eso, su novia la había tratado aún peor, así que le dio igual. "Ten cuidado con la oscuridad", Violeta se acercó a la cara de Denna y pudo ver todo el marrón de sus ojos avellana. La pelirroja enloqueció completamente, quería más, necesitaba más. "Si yo bailo, no es pa ti nomás", se deseaban, y Violeta lo sabía, lo sabía porque la cara de Denna reflejaba un absoluto deseo. "No, de ti, yo ya no quiero ná", Denna posó su otra mano en la mejilla de Violeta.

"Yo ya no quiero ná", Denna se acercó a su boca, y posó sus labios sobre los de Violeta. Esta sintió sus perfectos labios, su sabor era adictivo, y su roce, la volvió loca. Esa sensación debería haberla calmado, pero Violeta tenía hambre de más. La pelirroja tomó la cara de Denna y le comió vorazmente la boca. A cada beso las dos enloquecían más, a cada roce se volvían más salvajes.

Violeta se sentía un poco incómoda, así que sin ningún tipo de explicación, tomó la mano de Denna y se la llevó al baño. No miró atrás en ningún momento, solo pensaba en lo agradecida que le estaba ahora mismo a Madrid.