Escalofríos:

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VIOLETA:

Escuchó unos ruidos extraños, y abrió los ojos. Sacó su mano derecha y miró su reloj de pulsera. Eran las 5 de la mañana.

Al lado, tenía a Denna, más bien en sus brazos. Adoraba la sensación de notar el solo peso de su cuerpo, contra el suyo. Se puso a recordar todo lo que había pasado esa noche. Casi la nominaban definitivamente. Y ella, no había podido aguantar más, en el momento en el que los profesores salvaron a Álex, las lágrimas inundaron sus fríos ojos.

No podía soportar el programa sin ella, no podía estar en la academia sin ella, y todo eso, sin poder estar juntas. Pero algo había cambiado, el terror que había sentido Violeta por la nominación de Denna, le había hecho plantearse, lo rápido que iba el programa, y que no habría espacio de mejora, si cada semana se iba uno. Tenía miedo a perderla, o a que alguien la hiciera daño.

Acarició los mechones rubios de su cabello, apreciando su dulce cara. Esa cara por la que iría hasta el fin del mundo, aunque su propietaria no lo supiera. La rubia dormía plácidamente entre sus brazos. ¿Eso entraba dentro del pacto?, "seguramente no"- pensó Violeta. Pero le daba igual, había estado tan cerca de perderla, que tendrían que hacer otra excepción.

Como no quería despertar a Denna, sacó sus cascos y el móvil del bolsillo, se los puso, y Violeta buscó su canción favorita en ese momento.

"Manos rotas", de Morad y Dellafuente, empezó a sonar a todo volumen en los cascos. Había salido apenas una semana, y la pelirroja se la sabia entera. No entendía por qué, pero le recordaba a la relación que había tenido con Julia, su anterior novia.

Se quedó dormida, escuchándola en bucle. 

Horas después...

Violeta estaba peinándose, cuando vio a Denna salir de la habitación con su habitual cara de dormida. La rubia pasó al baño directamente, sin saludar.

-¿Ayer bien la noche no?- preguntó con una gran sonrisa Naiara, mientras trataba de colocar el montón de ropa que había en su armario. 

-Cállate- murmuró Violeta con otra sonrisa bobalicona en la cara. 

-Si yo me callo, pero aquí hay tema ehhhh- dijo Naiara, empujando la ropa para que no se cayera.

-No inventes, nunca va a ser posible, además Denna es hetero-

-Ya, claro- dijo sin mucha convicción. Luego de la nada, la madrileña se empezó a reír.

-¡Naiara!, ¿de qué te ríes?- quiso saber la de Motril.

-He hablado con Salma, bueno y con Denna, y no es hetero-

-Hubiera hablado contigo, si no supiese que ya habías hablado con Salma, era para ver cómo reaccionabas-

-Yo creo que sí que es posible Violeta, no eres tan mala persona como dices que eres, ¿sabes?, me caes muy bien, y valoro tu amistad tanto como espero que tú valores la mía-

-No sabes cómo Naiara, gracias por estar ahí, y por cuidar de Denna cuando yo no podía-

-Cuando no querías- dijo corrigiéndola, con una voz un poco repelente.

-Naiara...- murmuró sonriente Violeta. La pelirroja le lanzó una prenda de ropa a la cara, y la madrileña respondió corriendo a por ella.

-¡Ayuda!, ¡ayudaaaaa!- gritó varias veces Violeta, corriendo a toda máquina, por los cambiadores. Al final Naiara la alcanzó, y la tiró al suelo. En ese momento, Denna salió de la habitación, y vio a las dos tiradas en el suelo. La granadina puso una cara de cierto asombro.

VIOLENNADonde viven las historias. Descúbrelo ahora