VIOLENNA

Como mirarte:

VIOLETA:

Abrió los ojos. "¿Dónde estoy?"- pensó la pelirroja. Movió los ojos, intentando reconocer el sitio en el que estaba. Intentó mover la cabeza hacia el lado derecho, y se encontró con ella.

Denna dormía plácidamente recostada en el sofá que había al lado de la cama. Con una mano sostenía la mano de Violeta, y en la otra sujetaba un rosario. 

"¿Qué hace ahí?"- volvió a pensar Violeta. Bajó la mirada, y vio su bata de hospital, y la vía en su brazo izquierdo. De repente se acordó de todo. Se había quedado inconsciente en los baños de la academia, y lo último que había escuchado había sido la voz de Denna, intentando ayudarla.

¿Cómo había llegado ahí? Supuso que estarían en el hospital de Tarrasa. Violeta sabía de sobra lo que había pasado, ya le había ocurrido otras veces, pero la última vez no había resultado así, la última vez no había acabado en el hospital. Había estado automedicándose durante toda la semana, ya que esos medicamentos eran lo único que mitigaban su dolor. 

Violeta comenzó a acariciar su mano, con lentitud y suavidad, acariciándola con las yemas de los dedos. Esto provocó que Denna se revolviese ligeramente, y que lentamente abriese sus ojos. Cuando estuvieron abiertos por completo, la rubia tardó varios segundos en asimilar lo que estaba pasando.

-Denna....- murmuró Violeta extendiendo los brazos.

-Violeta- dijo Denna con la cara paralizada. -¡VIOLETA!- exclamó después la rubia, antes de lanzarse sobre sus brazos.

-Denna...- susurró la pelirroja aspirando su aroma a lino.

-Violeta...- dijo, despegándose de ella, y comenzar a besar sus manos. Las lágrimas inundaron sus ojos color avellana.

-Eyyyy, no llores, estoy bien, estoy bien-

-Pensé que te perdía, pensé que no volvería a ver tu cara en la vida, Violeta, pensé que te ibas- dijo cayendo en llanto la granadina.

-Denna, estoy aquí, contigo-

La rubia estaba llorando, con la cabeza hundida en el lateral de la cama. A Violeta se le escaparon varias lágrimas. No soportaba ver a Denna así, y menos si era por su culpa.

-¿Por qué coño te tenias q medicar?, casi te mueres Violeta- dijo levantando la cabeza al mismo tiempo que pegaba en el brazo a la pelirroja.

-Te prometo que no volverá a pasar- juró ella.

-Más te vale, más te vale- 

-Ven aquí- dijo Violeta, tirando de la manga de la camiseta de la rubia.

Denna se dejó caer sobre el regazo de la pelirroja, y se quedó mirando fijamente la cara de Violeta. Luego, acarició con delicadeza su mandíbula, y después su cuello. 

Violeta suspiró de placer. Dios, la sensación de la mano de la rubia recorriendo su cara era tan mágica. Denna entrelazó sus manos por detrás de la nuca de Violeta. 

-No aguanto más Violeta, me da igual que nos destrocemos, lo único que quiero es estar contigo- dijo Denna. 

Violeta la miró extrañada, ¿había escuchado lo que había escuchado?

-¿Qué?- dijo la pelirroja sin entender nada.

-Lo que has oído, pensé que te había perdido- dijo muy seria la granadina.

-Denna, no podemos y lo sabes. No me perdonaría hacerte daño jamás, puedes querer más cosas en la academia, a Salma, Álex, y a ti misma- murmuró Violeta, apartando la mano de la rubia de su cara.