El destino:

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DENNA:

Los tenues rayos de sol cruzaron la habitación, Denna se revolvió ligeramente, y posó su cabeza sobre una superficie un tanto irregular. Un ruido la hizo estremecerse, ya que pensaba que había alguien más en la habitación. 

Denna abrió lentamente los ojos. Al principio no vio nada, pues la luz solar la cegaba completamente, pero después de que sus ojos se aclimataran, pudo ver quien la había hecho estremecerse.

Violeta dormía, recostada sobre la pared y con su cabeza apoyada en el hombro de Denna. 

Denna se quedó mirándola. Para ella era la cosa más bonita que había visto en la vida, su cuerpo, su cara, hasta su personalidad eran perfectos. Intentaba pensar en otras cosas, pero Violeta siempre acababa por volver a sus pensamientos, y hacia ella, aunque Denna intentara negarlo, siempre eran de absoluto deseo. 

Desde que había notado su mirada en el aeropuerto, no había podido parar de pensar en sus labios, en sus caderas, incluso en sus ojos. Había algo de ella que le resultaba potencialmente magnético, no sabía lo que era, pero no era capaz de no pensar en ella ni tan solo, un maldito segundo. 

La situación de Denna era complicada, había roto con su tóxico novio, hacía ya varias semanas, y aunque ella al principio pensase que una parte de esa relación, había sido el amor a primera vista, ahora sabía que lo que había sentido, bueno lo que sentía por Violeta, no lo había experimentado nunca. Y eso le daba un miedo aterrador, juraría que ella era hetero, pero Violeta la hacía perder la cabeza, y no se habían ni tocado. Denna suponía que cuando eso pasase, ella moriría, porque si el solo roce con la piel de la pelirroja le provocaba semejante locura, ¿que pasaría cuando, hipotéticamente, pasase algo? Denna lo tenía claro, perdería la cabeza por completo.

Algo la hizo salir de su mente. Violeta se había levantado de la cama y estaba mirándose al espejo.

-Buenos días, dormilona- dijo ella.

Denna no pudo evitar sonreír. La miró tímidamente, y volvió su cara hacia la almohada.

-Denna..., no vamos a llegar,¡la otra habitación se ha ido ya!- exclamó Violeta.

Denna la ignoró completamente y cerró los ojos, no quería irse, en esa cama se estaba extremadamente a gusto.

-Venga...-

Violeta la cogió por los hombros y tiró de ella, Denna se levantó con dificultad, agarrada por su compañera de habitación. Esta se tropezó torpemente, y cayeron al suelo las dos.

Denna se quedó encima de Violeta, y la pelirroja la agarraba de las caderas, sus caras estaban rozándose por milímetros. Denna miró a Violeta, que con una agitada respiración, intentaba calmarse cerrando sus ojos. Abrió los ojos después, y se encontró con su cara.

Denna recorrió con la mirada los pechos de Violeta, y su cuello, con un hambre de deseo voraz. Intentó disimularlo quitándole de la cara, una diminuta legaña. 

-Así mejor- dijo la rubia.

La tensión se podía cortar con un cuchillo, Denna pensaba en cuando Violeta se levantaría, pero esta parecía muy a gusto con su cara a pocos milímetros de su cuello y de sus labios. 

Para su sorpresa, Violeta la abrazó, juntando sus cuerpos por completo, Denna sintió el tacto de su cuerpo, y enloqueció, era una auténtica bendición.

-Ojalá quedarnos así de por vida- dijo ella.

-Ojalá- respondió la de Motril.

Denna miró a los ojos de Violeta con dulzura, y le dio un suave beso en el mentón. Luego se dejó caer otra vez y apoyó su espalda, en Violeta.

VIOLENNADonde viven las historias. Descúbrelo ahora