VIOLENNA

Terror de medianoche:

VIOLETA:

Después de un día lleno de ensayos y prácticas, Violeta acabó rendida. Se había encargado de aprenderse la coreografía el día anterior, y solo le fallaba un poco la voz. Álex era un magnífico compañero, y aunque a veces le ponía nerviosa el modo en el que miraba a Denna, no podía negar que el chico era bastante encantador.

Respecto a Denna, no había vuelto a hablar con ella, más que un buenos días y ¿qué tal has dormido? Lo de ayer la había afectado particularmente. 

Todavía no podía explicar cómo se había sentido en ese momento. ¿De verdad que aquellos productores pensaban que sin formar una carpeta no podría tener recorrido en el programa? Estaban muy equivocados en ese entonces, ella era mucho más que una simple cara bonita con la que hacer publicidad. 

Y luego estaba el tema de la rubia. Se sorprendió a sí misma cuando se debatió entre aceptar o declinar la oferta. De hecho estuvo apunto de aceptar, pero a parte de su ego, lo que también le hizo rechazarla, fue que no quería distanciarse de Denna. No ahora que lo habían arreglado todo.

Pasaron las horas, y por fin llegaron las 21. Violeta estaba de los nervios, no podía estarse quieta.  Se vistió con la ropa que le habían dado los estilistas, y luego pasó por maquillaje. Después de varios minutos, se encontraba a punto de subir al bus con Salma. Buscó sin éxito a Denna, pero no la encontró por ningún lado.

-Salma- murmuró Violeta. -Estoy muy nerviosa- 

-¿Qué dices?, lo vas hacer genial, ya verás-

-No lo sé Salma, no tengo ganas de nada, incluso de la gala-

-Violeta, así no vas a conseguir nada, de verdad te lo digo, me ha pasado varias veces, no puedes pensar que todo es una mierda, ¿o si?-

La pelirroja recapacitó varios segundos. Salma tenía razón, no había un motivo por el cual estar tan nerviosa. Así que cerró los ojos, respiró profundamente y volvió a abrirlos.

-Tienes razón- dijo, abrazando con fuerza a la malagueña. Salma se dejó abrazar, aunque Denna le pareciese la más adorable del grupo, Violeta tenía algo especial, algo que hacía que todo el mundo quisiese estar con ella. Y que la granadina tuviera un tiempo para estar con ella, le hacía muy feliz. 

-Gracias Salma, no te vayas nunca- susurró, mirando a la negrura del paisaje.

-Estoy aquí-. Salma se dejó caer sobre su hombro, y suspiró varias veces. 

...

Bajaron del bus, y llegaron al plató. Entraron directamente al escenario para cantar la grupal. 

Cuando se encendieron los focos, la gente prorrumpió en aplausos. Violeta puedo ver incluso, carteles con su nombre escrito. Eso le hizo sacar una sonrisa de oreja a oreja, que contagió también a Ruslana que estaba a su lado. 

-Vamos pelirroja- dijo Rus, mirando todavía al público. -La gente te adora-.

Y era verdad, en lo que llevaban de pie en el escenario, la de Motril ya había podido distinguir su nombre escrito en los carteles más de unas veinte veces. A parte, el público coreaba su nombre de vez en cuando. A la gente le gustaba. Violeta pudo leer uno de los carteles por un corto periodo de tiempo. "Violeta te queremos, gracias por demostrar que no todo es ganar, ¡te haremos favorita!"- rezaba el cartel. 

La granadina no pudo evitar volver a sonreír, su pequeño acto de rebeldía había tenido repercusión, había demostrado a la gente que el programa no era tan inmaculado como creían. Y la gente le estaba agradecida, es más, la gente la quería. 

Volvió de su trance, después de que Rus le agitara el codo varías veces. 

-Gracias- susurró antes de que la canción comenzara.