"Amigas":

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DENNA:

Violeta cogió su mano, y desaparecieron de allí. Todavía no lo había asimilado, la había besado. Y ella había respondido, había respondido de la manera que menos se esperaba Denna. Sinceramente, Violeta le había comido la boca, y le había gustado, es más necesitaba más. Se sentía la mujer más feliz del mundo, y no habría nada que le impidiese alcanzar esa felicidad.

Volvió de sus pensamientos, o lo que quedaban de ellos, pues estaba bastante colocada y no tenía noción de nada. Tampoco sabía si Violeta estaba borracha, pero suponía que si.

Volvió a la realidad, llegaron al baño, y Violeta se aseguró de que no hubiese nadie, atrancó la puerta principal y miró a Denna.

Denna no quería hablar, pues tenía miedo, creía que si hablaba arruinaría todo lo que deseaba, todo lo que quería, así que para frenar esos impulsos, decidió abalanzarse sobre ella.

Sus labios volvieron a contactar, esta vez en una batalla titánica de lenguas. A la rubia se le escaparon unos gemidos de placer por lo que estaba pasando. Violeta bajó a su cuello, dónde se dedicó a dejar miles de besos, repartidos por toda su piel, a cada beso Denna se estremecía más y más, pensando en el siguiente y recordando el anterior.

-Shhhh, tranquila amor- dijo Violeta. Esas palabras la calmaron al instante. No sabía de que manera, pero Violeta era la única persona capaz de tranquilizarla en el mundo, y ahora no iba a ser diferente. Denna coqueteó con su cuello y después empezó a acariciar el pelo de Violeta, mientras ella se entretenía en su escote. 

Violeta se apoyó en la pared, pero Denna impulsada por sus más oscuros deseos, la empujó salvajemente y acabaron a trompicones en el diminuto cubículo de uno de los compartimentos del baño. Pero eso les dio igual, no iban a parar, el hambre voraz que sentían no sería frenado por nada. La rubia bajó hasta sus piernas, mientras Violeta le masajeaba el cuello, y los hombros. Denna comenzó a acariciar los perfectos muslos de la pelirroja, que a cada caricia apretaba con más fuerza el cabello de Denna.

Después de jugar con sus piernas, Denna volvió a subir, y se encontró con la preciosa cara de Violeta. "Dios"- pensó. "No había nadie más deseable que ella"-

La agarró nuevamente, y se acercó a su boca, se quedaron a pocos milímetros, respirando, cogiendo aire, para el siguiente asalto. Tan solo se habían tocado, y ya estaban agotadas.

Denna sentía un profundo desgaste y cansancio, pero a la vez un deseo interminable de sus labios. Si ese era el precio a pagar por esa sensación de hambre eterno, lo pagaría sin ninguna duda. En ese momento, Violeta se quitó la camiseta, dejando al descubierto, su torso desnudo, tan solo con un sujetador rojo. Denna posó sus manos sobre su abdomen, y Violeta se estremeció notablemente. Se miraron otra vez, pero lo que vio Denna, no fue una mirada llena de deseo, sino de pánico. 

Violeta tenía miedo, igual tanto como ella. Sus manos estaban congeladas, los escalofríos recorrían su tripa, y sus piernas temblaban. Denna no tenía el poder de la convicción como Violeta, pero intentó calmarla a su manera. 

Quitó sus manos de su vientre, y las posó sobre sus hombros, entrelazándolas entre su cuello.

-Denna, yo...- quiso decir la pelirroja.

Pero Denna no la escuchó, se llevó el dedo índice a la boca, y miró a Violeta, que no se pudo resistir y la besó con rabia. Denna la dejó tomar el control, harían lo que Violeta quisiese, se plegaría ante todos sus deseos. Violeta empezó a repartir pequeñas dosis de besos en su hombro derecho, y Denna comenzó a morder y besar su cuello. Dejando diminutas marcas de pasión sobre el mismo. 

Estuvieron así varios minutos, pero estaban tan agotadas, que en un momento dado, Denna se cayó, arrastrando a Violeta con ella. Aún así ellas siguieron en su interminable combate de lenguas, hasta que Violeta incómoda, por la posición en la que estaban dijo:

-¿Nos vamos al hotel?- 

Denna asintió, sinceramente había estado esperando ese momento toda la noche. Tomó su mano y abrieron la puerta del baño con cuidado. Aún había gente, Denna pudo distinguir a Juanjo, a Naiara, a Rus y a Martin. Los demás se habían ido. Intentaron camuflarse entre la gente, y sorprendentemente lo consiguieron. Cogieron un taxi, y llegaron al hotel.

Eran las 4 de la mañana, pasaron por recepción, conteniéndose, pues las cámaras las grabarían, pero cuando llegaron al ascensor la pasión se liberó. Violeta empujó salvajemente a Denna contra la pared del elevador, eran dos animales, que luchaban por lo que más oscuramente deseaban. El ascensor llegó a su destino y salieron disparadas hacia su habitación. 

Violeta se apresuró a sacar la llave, mientras Denna le mordía el cuello. Logró abrirla y sin encender la luz se tiraron a la cama, en la cual, Violeta se quedó a merced de Denna, pues la rubia se encontraba encima de la granadina. Denna aspiró el olor embriagador del perfume de Violeta, y sonrió de placer. 

Al mismo tiempo que Violeta besaba con pasión el escote de Denna, la rubia se encargaba de besar su nuca, morder sus orejas y masajear su pelo. 

Denna acabó rendida, estaba agotada, y notó como el sueño invadía su mente. Mientras tanto Violeta, que Denna supuso que también estaría agotada, masajeaba suavemente su cabello. Al final la rubia se quedó dormida abrazada a Violeta.

Denna soñó con Violeta, siempre con ella.





VIOLENNADonde viven las historias. Descúbrelo ahora