Arde:

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DENNA:

-He aceptado la oferta- murmuró la pelirroja antes de abandonar la sala, y dejarla ahí sola. 

Denna sintió una puñalada en su corazón. Violeta había aceptado la oferta que le habían propuesto Manu y Noemí. La tristeza invadió su cuerpo. "¿Por qué?"- fue lo único que pensó la rubia, aún sin entender nada. Salió de sus pensamientos y observó con melancolía a Juanjo y a Martin, que estaban en la sala de al lado. 

"Por qué no podemos estar nosotras así?", "¿por qué tiene que ser todo tan difícil?"- pensó en voz baja. La espina de dolor se clavaba profundamente en el pecho de Denna, que seguía mirando a la pareja de chicos. No quería llorar, pero estaba rota. Lo que tanto trabajo le había costado y que tanto se había preocupado de guardar y proteger ante los demás, era ahora destruido por Violeta. Las lágrimas comenzaban a salir de los ojos de la granadina, abrazó con fuerza uno de los cojines, imaginando que era Violeta todavía la que le sostenía. 

Pero no era así. Ya no. Lo había vuelto a hacer, había vuelto a dejarla rota. Comenzó a pensar que al final sí que podría ser verdad, lo de la Bella y la Bestia. Denna se había portado bien con ella, le había vuelto a abrir su corazón, y a cambio ella la había traicionado. 

Decidió volver a las habitaciones, deseando no cruzarse con Violeta, después de eso, ya no podía mirarla a la cara. "¿Qué ha hecho?"- era la pregunta que se hacía todo el tiempo la rubia. 

Entró en las habitaciones, y caminó hasta la suya. No tenía fuerzas para dormir sola esa noche, no después de lo que había ocurrido. Así que se fue a la cama de Álex. 

-¿Álex?- preguntó la granadina, con voz ronca.

El chico se revolvió en su cama, "No me ha oído"- se dijo. 

-Álex- volvió a susurrar. 

El cordobés se levantó con dificultad y se sorprendió al ver a Denna ahí en medio, a esas horas de la noche.

-¿Denna?, ¿qué pasa?- preguntó él, incorporándose para verla mejor. 

-No puedo dormir-.

-¿Y Violeta?- preguntó señalando con el dedo índice a la litera de arriba.

Denna se quedó callada, no quería dar explicaciones, y menos a Álex. Solo quería pasar la noche con alguien, ya que sabía que si la pasaba sola se ahogaría en sus penas. 

Después de varios segundos de un silencio bastante incómodo, Álex comprendió lo que estaba pasando.

-Ah, ya veo, en ese caso, claro ven- murmuró, haciéndole un espacio a Denna en su cama.

La rubia al principio no estaba muy decidida, es más por un momento se arrepintió de su decisión, pero era lo único que tenía. Se sentó sobre la cama del moreno, y extendió lentamente las piernas, se tapó con el edredón y cerró los ojos.

-Gracias Álex- musitó la rubia, que después de decir eso, se giró al lado contrario, y contempló su litera desde la distancia. Arriba Violeta, y abajo su soledad. 

...

Se despertó con un gran dolor de cabeza. Había estado dándole vueltas al porqué de la decisión de Violeta durante toda la noche. Y seguía sin comprenderlo. Para ella, Violeta no era una persona para nada insegura, de hecho, Denna pensaba que no le tenía miedo a nada, por eso no le cuadraba que aceptara la oferta de los productores. Desde luego no era porque no la quisiese, porque el "te quiero" que le había murmurado antes de abandonar la sala, sonó de lo más sincero. 

¿Qué pasaría ahora?, ¿se pasearían Chiara y Violeta juntas de la mano por toda la academia?, ¿se darían abrazos a todas horas?, ¿llegaría Chiara a besar a Violeta? Dios, no quería ni pensar en el día que eso pasase, porque le abriría la cabeza a Chiara de la hostia que le daba. Se tendría que conformar con que en el fondo, Violeta no se acabase enamorando de Chiara. 

VIOLENNADonde viven las historias. Descúbrelo ahora