Stay with me:

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DENNA:

Habían pasado días desde aquello. Durante ese tiempo, no se había dignado ni siquiera a mirarla a la cara. No podía. 

Violeta tenía razón. La había cagado. Una y otra vez Denna le demostraba que no podrían estar juntas nunca. Esta vez había sido Álex, pero cualquiera de las anteriores veces habían sido culpa suya. Ella había decidido no seguir cuando se enteró de lo de la novia, se apartó también cuando pensó que entre Violeta y Chiara había algo, cuando lo único que había era una mentira.

Y aunque no sintiese nada por el chico, le había besado. 

-Denna, tienes que comer algo- le recordó Ruslana amablemente.

-No tengo hambre Rus-.

-¿Vas a contarme por qué estás así?, ¿te has peleado con Violeta?- adivinó la otra pelirroja.

Denna no hizo nada. Se limitó a golpear su plato con la cucharilla. No tenía ganas de nada. 

-Bueno, pues al menos come algo, no puedes ir al pase de micros sin comer-. Ruslana la dejó sola en la mesa. 

"Eso era lo que hago, echar de mi vida a la gente que quiero"- pensó. Y era verdad, Violeta había desaparecido, se había marchado y esta vez parecía para siempre.

Se levantó y guardó el plato y la cuchara en el lavavajillas. Para después introducir la pequeña pastilla que activaba todo el proceso. Se alejó del comedor y puso rumbo a los vestidores, dónde estaba Chiara.

Para la alegría de Denna, Chiara había casi hablado con Violeta, lo mismo que ella. Es decir, nada. La mallorquina había estado lo más alejada posible de ella, y apenas habían mantenido contacto durante esos días. La única persona con la que Violeta se relacionaba era Salma, y en raras ocasiones Juanjo. Ni siquiera con su compañero de canción, que era Paul.

-Hola- murmuró Chiara, ordenando su armario. 

-Hola- contestó ella. Seguía dolida por todo lo que Chiara le había dicho a Violeta sobre ella, aunque en parte, era verdad.

Entonces, la rubia, escuchó unos acordes provenientes de la sala del piano. Se quedó paralizada. Eran la melodía y la voz más bellas que jamás había escuchado nunca. 

Podía apostar todo el dinero del mundo por que la canción que estaba sonando, era "Easy on me" de Adele.

-Wow- susurró Denna. 

La voz que oía, era completamente magnética. Completamente diferente a lo que nunca jamás había escuchado. 

-¿Lo escuchas?- dijo la granadina.

-¿Escuchar el qué?- preguntó extrañada Chiara, que seguía doblando ropa.

-La canción- volvió a decir ella.

Chiara negó con la cabeza, y después se sorprendió. -Denna, no se escucha nada- dijo, sin darle mucha importancia.

Denna se encogió de hombros, y la melodía la guió hasta la sala del piano. 

"There ain't no room for things to change. When we are both so deeply stuck in our ways"-.

La rubia cada vez estaba más cerca de la sala. Cada vez más cerca de aquella hipnotizante melodía e deslumbrante voz. Pasó por el comedor otra vez, y llegó a la puerta.

Al ver quien era la persona que estaba interpretando la canción, se le cayó el alma a los pies.

Violeta, acariciaba con cuidado las blancas teclas del piano. Casi rozándolas, centrada únicamente en la partitura de la canción. Denna se quedó observando. No quería que ese mágico momento se estropease por su culpa. 

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