La peli negra yacía aún sentada en la mesa, esperando por su cena y por la rubia.
—Oh, creí que me habías abandonado aquí, pero ya vi que también regresaste acompañada.
La presencia del rubio era tan intimidante que Céline se limitó a no decir nada más.
—Perdón por aparecer sin avisar. Soy Terence Legrand, tú debes de ser Céline, Valeria me habló mucho de ti—se presentó de forma tranquila y amable, hasta le ofreció una sonrisa a la peli negra.
¿Qué yo le hablé de Céline? ¿Cuándo?—se preguntaba la rubia.
Si Valeria no mal recordaba, solo tenía tres días de conocer a Terence y dos, de ser su "prometida"
Esas pocas palabras y gesto por parte del hombre hicieron que Céline se emocionara al pensar que su amiga era muy considerada y afortunada.
—Ah sí, yo soy Céline. Es un placer conocerlo—antes de que esta pudiera decir algo más, el rubio siguió hablando.
—Bien, si no te molesta voy llevarme a Valeria a casa, hace un momento no se sentía muy bien, así que me llamó y vine por ella—se adelantó tomando el bolso qué tenía la rubia en sus manos—¿nos vamos, cariño?
Valeria no entendía nada, pero tampoco estaba en condiciones de negarse a ir con él, y más aún luego de lo sucedido.
—Claro—se limitó a decir antes de voltear a ver a su amiga—Perdón por el inconveniente, te llamo mañana.
—Buena Noche—el mesero se había presentado en el lugar con la cena de ambas.
—Por favor, atienda muy bien a la señorita, todo lo que ella pida va a mi cuenta—se ofreció el rubio.
—Oh, muchas gracias. Espero que mi amiga se sienta mejor pronto, no se preocupen por mi.
Ante esas últimas palabras por parte de Céline, ambos se despidieron y salieron del lugar. Valeria se sorprendió ya que afuera al igual que adentro habían hombres acompañando a Terence, pero ninguno siguió con el cuando se subieron al auto. Ahora eran solo ellos dos. El rubio arranco el auto a gran velocidad sin importarle tener una multa más adelante.
Valeria agradecía el haberse puesto el cinturón, de lo contrario habría terminado estampando se contra el vidrio.
—Conduce más despacio, desquiciado—alegaba aferrándose a su asiento—¿a dónde vamos?
—A casa, así que cállate.
El hombre no le puso más atención a los reclamos de la mujer, así que solo se limitó a seguir conduciendo hasta llegar a donde quería, aún así se le hacia un poco fastidioso, ya que la rubia no se mantenía callada.
—Esta no es mi casa.
—Dije que iríamos a casa, nunca dije que fuera la tuya.
El auto había entrado a un gran edificio color negro, la entrada era muy grande así como el estacionamiento en donde el rubio detuvo el auto. Ante esto, Valeria se deshizo del cinturón y salió rápidamente del auto, Terence al igual que ella, hizo lo mismo.
—¿En dónde estamos? ¿Qué me harás?—preguntaba la mujer asustada.
—Créeme, no hay nada que yo quiera hacerte—respondía de forma egocéntrica el hombre—Aquí es donde vivo.
—¿Para que me trajiste aquí?
—Te lo diré cuando subamos—el rubio se dirigió al elevador qué se encontraba en el lugar—¿Vienes o te llevo a la fuerza?
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Mi vida a a tu lado [EN PROCESO]
RomanceValeria, una chica de mundo que con tal de borrar su pasado decide casarse con Terence, el soltero más codiciado de Francia. Para poder aparentar ser el matrimonio perfecto ante todos, estos deben lidiar con múltiples problemas que tienen entre amb...