CAPÍTULO 30

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Como cualquier depredador a punto de cazar a su presa... El rubio no quitaba su mirada de encima de ella, seguía lentamente cada movimiento, hasta ver la forma tal delicada en la que cruzaba su pierna al sentarse y acomodada su cabello detrás de sus hombros hasta enfocar su vista en él.

—¿Quieres reprocharme algo?

Terence negó lentamente.

—¿Tengo algún rasguño en la cara o por qué me ves de esa forma? Si es así dímelo, puedo soportarlo.

—Ningún rasguño—aseguro sin apartar la mirada—sigues luciendo perfecta, Mon Ciel.

Ella no podía quedarse con esa respuesta. La atenta mirada del rubio le decía otra cosa, talvez no le estaba mintiendo, pero sentía que su mirar tenía algo más y no solo se refería al brillo de sus ojos al verla.

—No me mientas, dime que pasa.

Se puso de pie, cruzando ambos brazos en espera de una respuesta, pero el rubio sentado frente a ella simplemente le extendió su mano, como si quisiera que la tomara. Lo cual hizo al pensar que sería algo preocupante, sin imaginar que él la jalaría hacia si, logrando sentarla en sus piernas.

Valeria se sentía muy extrañada al estar sentada sobre él. Sin embargo, no se atrevió a recriminarle nada, puesto que lo que más le generaba interés era lo que tenia por decirle.

—Entonces....

—Nada, solo te ves muy bella.

Tenía que estar bromeando, no podía decir cosas así como así. Aunque creyó que lo mejor sería seguirle el juego.

—¿Solo hoy?

—Siempre, pero hoy te lo quería hacer saber.

La rubia no hizo más que soltar una risa ante tal halago. A veces las palabras del rubio la divertía mucho.

—¿Seguro que no te golpe la cabeza cuando me apartaste de esa mujer?

—No lo sé, ¿quieres revisarme?

Lo coqueto no se le quitaría nunca.

—No te veo nada malo.

—Gracias, yo tampoco te veo nada de malo—sonrió sabiendo lo que hacía.

Era un maldito muy apuesto e inteligente.

—Oh Dios, Te parece divertido tenerme así verdad.

—Créeme, no es nada divertido tenerte así y controlarme.

Ahora su expresión era la de un niño inocente, pareciendo no saber el significado de lo dicho.

Iba a terminar volviéndola loca.

>>Ya sé que no quieres nada más que te involucre a mi, pero eso no cambia el hecho de que sigas pareciéndome muy bella y sexy a la vez—determinó mientras sonreía de lado.—Aún sin ser nada... Te daría el mundo si me lo pidieras.

El azul intenso de sus ojos parecía envolverla aún más, acompañada de esas fuertes palabras y halagos encantadores.

Siendo el abismo mismo, no sabría que tan profundo caería si se acercaba mucho.

Todo lo que decía iba acompañado de una seguridad que le hacía saber la credibilidad de sus palabras. Lo que era aún más tentador de un corazón intenso como el que él podía ofrecerle.

Valeria Murie nunca había tenido el privilegio de conocer a alguien así, y la verdad.... Le estaba desarmando poco a poco por dentro.

—Yo... Ya he decidido lo que quiero por haber roto una regla.

Mi vida a a tu lado [EN PROCESO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora