No te olvides de votar para seguir trayendo más actualizaciones 🌟
——————————————————Los invitados quedaron tan absortos en los discursos de ambos, que ni siquiera podían deducir el verdadero significado de sus palabras.
Ambos se veían con intenciones de ser el mejor en su juego, como si fueran el depredador del otro. Aunque en realidad uno de ellos era la presa, solo que aun no lo sabia...
Colocaron una sortija de oro fino con la inicial de ambos en el dedo anular del otro, el de ella teniendo un pequeño, pero costoso diamante. Ahora solo quedaba lo más importante para cerrar el trato nupcial.
—Terence James Legrand, aceptas como esposa a Valeria Leticia Murie, y prometes serle fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, y, así, amarla y respetarla todos los días de tu vida?
—Acepto.
Y tú Valeria Leticia Murie, aceptas como esposo a Terence James Legrand, y prometes serle fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, y, así, amarlo y respetarlo todos los días de tu vida?
—Acepto.
—En virtud de la autoridad que me conceden las leyes, los declaro marido y mujer.
>>Puede besar a la novia.
Chin....
Él comenzó a acercarse al punto de roza su nariz con la de ella, al mismo tiempo que posaba sus manos sobre la cintura ajena.
—Dame tu mejor actuación—susurro mientras pasaba su mirada de los labios a los ojos de la mujer—con tu permiso.—Posó sus labios sobre los impropios, dando inicio a un beso sutil y delicado que luego de ser correspondido, se volvió intenso.
La mujer tomo el rostro de él en sus manos, besándolo con la misma seguridad que emanaban los labios de él, ambos siguiendo el ritmo hasta separase debido a los gritos de animo y aplausos de la gente.
—¿Qué tal eso?—preguntó con mirada desafiante.
—Perfecto—respondió tomando las manos de la mujer sobre su rostro y depositando un pequeño beso en le dorso de estas, para luego entrelazar una de ellas con la suya.
Ambos caminaron fuera del lugar siendo rodeados por todos los presentes, mientras recibían sus felicitaciones y buenos deseos para luego seguirlos hasta la parte de las mesas y la pista de baile. Cada uno agradeció la compañía de sus invitados, algunos procedieron a volver a tomar asiento, mientras que otros se iban formando para permitirles bailar con la mujer, siendo su esposo el primero de ellos.
—¿Bailamos, Mon ciel?
Terence Legran, tan encantador como astuto.
—Perdona si te piso, seria apropósito—aviso la rubia al momento de tomar su mano.
En la pista de baile, ambos comenzaron a moverse al rito de un vals lento con aura romántica, pegándose el uno con el otro, él mantenía una de sus mano en la cintura contraria y la otra sostenía la mano de ella al altura del hombro. Ella se sujetaba de su hombro mientras tomaba la misma mano que él. Y juntos se veían a los ojos como dos cómplices acabando de cometer el crimen perfecto sin delatarse.
—Que pésimo bailas, amore mio—la rubia volvía a burlarse con gracia.
—Prometo que mis movimientos son mejores fuera de la pista—respondía con ambigüedad.
Con ganas de seguir atacando al otro, ambos se detuvieron cuando el padre de ella interfirió para que el hombre le concediera una pieza con su amada hija. Era claro que no podía negarse, así que los dejo solos a ambos, mientras se dirigía a la mesa donde se encontraba su mejor amigo y su prima. Rechazando de forma educada a las damas que pretendían bailar con él.
ESTÁS LEYENDO
Mi vida a a tu lado [EN PROCESO]
RomanceValeria, una chica de mundo que con tal de borrar su pasado decide casarse con Terence, el soltero más codiciado de Francia. Para poder aparentar ser el matrimonio perfecto ante todos, estos deben lidiar con múltiples problemas que tienen entre amb...