CAPÍTULO 16

488 29 9
                                    

No te olvides de votar 🌟
—–————————————————

Cinco años atrás...

Apenas si sentía su cuerpo, la mujer tirada en la cama lloraba desconsoladamente,  llena de moretones y sangre bajando de sus piernas. Temblaba de frio, cubriéndose con la delgada sabana que tenia al lado. Su ropa tirada en el suelo y el montón de dinero tirado que habían dejado esos hombres antes de irse. Odiaba cuando ellos llegaban, sintiéndose superficial ante todos, con sus trajes caros y su billetera llena. No eran mas que simples animales asquerosos que se divertían atormentándola.

estaba cansada, por mas que intentase nuca podría deshacerse de ellos, fuera a donde fuera, siempre la encontrarían y abusarían de ellas uno y otra vez hasta dejarla moribunda, con golpes bruscos y toques desagradables. Dejaban una suciedad en ella que no podría limpiar nunca.

Ella no imagino que para cumplir sus sueños debía pagar un precio tan grande, mucho menos que doliera demasiado...¿Pero que podía hacer? no tenia nada mas que no fuesen deudas. Sin embargo, no quería seguir viviendo esa vida, preferiría mil veces morir a seguir viviendo un éxito lleno de abusos.

Se lamentaba haber huido de casa a los quince, pero se lamentaba mas haber conocido a ese hombre, el cual le ofreció el cielo siendo él el mismo diablo. Ahora con veintiuno se avergonzaba de haber permanecido en el infierno esos años, quizá soporto todo ese tiempo por miedo, pero ya no quería temer mas, quería ser valiente...

Pensó en todas las posibilidades que alguien como ella pudiese tener, pero cada instante se deprimía aun mas. la policía no le creería y mas si acusaba a tan ejemplares e importantes magnates, volver a su casa no era opción, ella ya no tenia una familia, ¿huir lejos? lo mas seguro es que fueran detrás de ella. Sentía que no tenia opción, pero cuando vio su bolso tirado en un rincón de la habitación, recordó la tarjeta de aquel sujeto, un joven que siempre la había estado acortejando en cada evento que tenia y que cuando noto sus herida, sin dudarlo le ofreció su ayuda. No era mas que un hombre joven con mucho dinero, como todos los demás, entonces... ¿Podría confiar en él también? Dudaba, pero solo podía arriesgarse al no encontrar otra salida.

Con las pocas fuerzas que tenia, se levanto con cuidado de la cama, arrastrándose hasta llegar a su bolso y sacar la tarjeta dentro de este. Muchas veces atrás había sido amenazada por esos hombres si en alguna ocasión llamaba a la policía o a alguien mas para pedir ayuda, era por eso que su teléfono estaba interferido, pero la mujer no era tan tonta, en un descuido de los tres, por fin pudo esconder otro móvil en su habitación. siempre lo mantenía apagado y nunca lo había usado, pero ya era hora de hacerlo. decidida se dirigió con dolor hacia el baño, quitando la tapa del inodoro mientras que de ahí sacaba una bolsa de plástico, donde se encontraba su salvación.

Saco el teléfono de la bolsa y lo encendió, marcando con velocidad el número en la tarjeta. Debía ser cautelosa y rápida, pues no sabría en que  momento los hombres volverían. Desesperada en la línea, esperaba que el sujeto atendiera rápido su llamada y sintió un gran alivio cuando escuchó su voz del otro lado.

—Terence...—su voz salía apenas en un hilo, con llanto notorio, mientras se quebraba poco a poco.

—¿Angy? 

—A-Ayúdame...

—¿Qué te sucedió?—sonaba muy angustiado al escuchar su llanto—trata de calmarte y dime.

—E-el p-próximo e-evento... p-por favor, ayúdame a h-huir ese d-día...

—Los hombres del otro día... Fueron ellos cierto.

Mi vida a a tu lado [EN PROCESO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora