CAPÍTULO 14

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AVISO.

Antes de leer, quiero decirles que me arrepentí de haber separado el cap. 12 y 13, ya que no había porque cortarlo en dos capítulos. Solo los hizo ver cortos y literalmente era una misma escena.

Por eso tratare de hacer los capítulos más largos, a beneficio de ustedes. ❤️

Y como siempre me preguntan sobre qué día actualizo o cada cuanto. Déjenme aclarar que yo siempre voy a tratar de actualizar diario, y quizá el único día que no suba nada sean los domingos.

Como tengo responsabilidad afectiva, si en alguna ocasión no podré actualizar, siempre se los haré saber y siempre estaré encantada de responder cualquier comentario.

Sin seguir privándolas de leer, les dejo aquí el capítulo:

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Sentados uno frente al otro, como si fueran el policía interrogando al sospechoso. Terence veía sin piedad alguna a la rubia, la cual pretendía no prestarle atención.

—¿Me violaste?

—Por su puesto que no—exclamaba con disgusto—en todo caso tú te ofreciste—se defendía, cruzándose de brazos—fuiste tú quién inició y me beso por la fuerza, yo solo te ayude con tu problema, dime ¿hubieras preferido qué llamara a alguien de servicio?

—Pudiste haberme dejado allí.

—Ni siquiera puedo hacerte entrar en razón justo ahora—rebatía—como sea, solo lo hice para fastidiarte, más no pasó el límite. No nos acostamos.

Debido a las marcas ocasionadas por ella, el rubio ahora lucia una elegante camisa con cuello alto, cubriendo las mencionadas por completo, pues para él sería muy vergonzoso que alguien más las viera.

—Me las vas a pagar.

—No puedes amenazarme, a menos que quieras aparecer en un calendario porno, por supuesto.

A Valeria le parecía muy gracioso el asunto, mostrándole en la cara el móvil con las fotos de él mismo, unas fotos un tanto... Comprometedoras.

—Hija de....

—Serias un buen modelo para revistas porno, ¿no lo has pensado?

—Claro, estoy seguro que te encante.

¿Encantado?

La rubia ni se hubiera contenido las ganas si no se tratara de él, pero obvio no iba a decirle eso.

—Créeme, he visto mejores.

—¿Qué quieres? Estoy seguro de que no tomaste esas fotos para verlas en secreto.

—Quiero que le devuelvas a mi padre todo lo que nos quitaste, además de la mitad de la fortuna que acordamos.

—¿Quitar? Cariño, entérate. Tu padre ya no tenía nada cuando firmamos el contrato.

—Mientes, la casa, la agencia... Eso era algo que aún tenía después de haberse quedado en bancarrota.

—Eso fue lo primero que perdió cuando le preste dinero.

La rubia no podía creer ninguna de sus palabras, su padre no pudo haber perdido todo cuando quedo en bancarrota, siempre lo veía ir a la Agencia y nunca mencionó nada de la casa.

Mi vida a a tu lado [EN PROCESO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora