Mi vida a a tu lado [EN PROCESO]

CAPÍTULO 8

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Los días transcurrían, planear una boda en menos de un mes era, enserio, sofocante y más aún cuando ni siquiera se tenía ganas ni amor para hacerlo.

Terence se encargó de la persona que la quería chantajear, también le brindó todo el dinero para cubrir cada gasto que fuese realizando la rubia. Desde compras innecesarias de ropa y accesorios, hasta los gastos de las invitaciones, vestido, arreglos, etc... Tenía casi todo listo, menos lo más importante. El lugar.

Aunque fuese una boda sin la intención de ninguno, Valeria tenía claro que era algo que haría por primera y única vez en su vida. Quizá cuando era niña soñó con llegar al altar algún día, pero a la Valeria adulta nunca le agrado la misma idea. Ser esposa y madre, era la peor opción que tenia para su futuro.

La mujer anhelaba seguir recorriendo el mundo, subir a mil pasarelas más y quizá en un futuro cercano, crear su propia marca de moda. Desligándose por fin de la empresa de su padre.

—¿Entonces que lugar has elegido? Preguntaba el rubio al otro lado de la línea.

—No lo sé, me gustaría un lugar tranquilo, fuera de paredes y cámaras.

Desde que tenía memoria, la rubia había vivido la mayor parte de su vida en un set fotográfico. Su padre la empezó a pulir desde temprana edad para convertirla en la modelo perfecta para su agencia y rostro de revista. Para Valeria todo comenzó como algo que amaba, hasta que empezó a fingir una sonrisa frente a la cámara...

—Tu padre sugirió la iglesia, pero solo tomaré en cuenta lo que tu digas.

Su padre siempre controlaba cada movimiento de ella, desde una dieta adecuada, hasta rutinas de belleza un tanto exageradas para una niña que empezaba en el mundo del modelaje a la edad de cinco años. Sin embargo, Valeria nunca se quejaba, a ella enserio le encantaba eso, pero a medida que iba creciendo, su rutina se volvía cada vez más exigente. No quería defraudar a su Padre, pues era al único que tenía a su lado.

La madre murió dándola a luz, y aunque ningún recuerdo tenía de ella, siempre le guardaba cariño y respeto por el simple hecho darle la vida. Era así que su padre lo era todo para ella, por eso siempre se esforzaba por hacer su trabajo bien y ser la mejor.

Su padre le daba todo lo que quisiera, no conocía a alguien mejor que él, siempre la consentía y le rodeaba de lujos. Para su padre ella siempre sería su pequeña princesa, pero luego la relación padre e hija cambio un poco.

—Lo siento por mi padre, pero estar en un lugar cerrado con muchas personas es lo que menos quiero para mi boda.

Cabe decir que desde lo que pasó hace un año en las Vegas todo se fue a la Mierda.

Desde que se convirtió en alguien mayor, la rubia empezó a cometer muchos errores, salía a fiestas, bebía demasiado alcohol y de vez en cuando la fotografiaban en escenas fuera de contexto, cada vez iba hartando más a su Padre, pero lo que no sabía era que él también la estaba sacando de quicio a ella.

Valeria solo quería vivir una adolescencia como todas sus amigas, pero su padre siempre trataba de mantenerla al margen de todo.

—Qué opinas de la Playa—propuso él.

—¿No es muy romántico?

—Bueno, esa tiene que ser la idea ¿no?

Por un momento se le olvidaba que hablaba con su "prometido. "