CAPÍTULO 22

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No te olvides de votar. -🌟

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Una copa de vino después...

—¿Entonces si te viste con una mujer? Dijiste que seríamos honestos.

La rubia no soltaba el tema, de igual forma ya había quedado expuesta.

—Esta bien, si, me vi con una mujer.

¿Y se lo decía así, de forma tan cínica?

>>Pero no es lo que piensas—aclaró antes recibir algún reclamo.

—Entonces...

—Se trata únicamente de una inversionista para la nueva marca de joyas en la que estoy trabajando para ti.

Le iba llenando de nuevo la copa.

—¿Para mi?

Ahora lo veía con más interés.

—Quiero que seas la cara y modelo de este proyecto. La marca tendrá tu nombre también.

—¿Por qué?

—¿No te gustaría no depender de ningún patrocinador y a cambio ser tú quién patrocine a alguien más? Creo que sería el karma de muchas.

—¿Mi propia marca?

Seguía sin poder digerir lo que le estaba diciendo. Tener su propia marca era algo con lo que había soñado siempre, más nunca pudo realizarlo debido a que su padre le dijo mil veces que no era buena idea.

—Si, recuerda que te dije que estaba en proceso de ese proyecto, pero faltaba la parte más importante. Alguien quién pudiera representarla y hacerse cargo. Creo que si te lo doy a ti, los medios tendrán reacciones positivas y mis acciones subirán.

Obvio tampoco lo iba a hacer así como así, él tendría que ganar algo también.

—¿Serás mi Jefe entonces?

—Algo así... Solo estaré vigilando que no lo lleves a la quiebra.

Explicaba a medida que se sentaba más cerca de ella.

—No puedo aceptarlo.

—¿Por qué no?

—Nuestro contrato ahora es de un año y medio, luego de eso será muy raro que alguien más se haga cargo de una marca que tenga mi nombre y mi cara.

—¿Y quién dice que alguien más se hará cargo?

>>Será tú marca, solo tuya. Considéralo como un regalo por hacer las pases conmigo, Mon Ciel.

Bebía de su copa sin quitar su ojos sobre ella.

—¿No crees que será muy raro que luego de que nos divorciemos, siempre nos topemos en la empresa?

—¿Y qué tiene? Dirán qué terminamos en buenos términos y eso es muy conveniente.

Valeria aún estaba dudosa, no sabía si aceptarlo o no. Más que un regalo a ella le aprecia que le estaba dando el cielo.

>>¿Vas a aceptarlo verdad?

La veía con encanto, esperando convencerla.

—Esta bien, pero solo si firmamos un poder que diga que no puedes quitármela, aún después de que todo el show acabe.

El rubio no puedo evitar sonreír al escuchar sus palabras.

—Entonces brindemos por eso—propuso acercando su copa y vertiendo más del líquido de la botella.

Mi vida a a tu lado [EN PROCESO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora