[ Capítulo XXXVIII ]

2.2K 204 89
                                    

El medimago vino a primera hora de la mañana.

Primero le hizo una exhaustiva revisión a Eileen mientras discutía posibles tratamientos para su neumonía y luego se dirigió a los más jóvenes. A Regulus le recomendó utilizar una bolsa de agua caliente para dormir y utilizar el hechizo calentador cuando sienta la temperatura de su cuerpo decrecer. Aparentemente, le había afectado ser expuesto al agua fría.

A los dos restantes jóvenes les realizó una serie de hechizos curativos, pociones y les recomendó descansar, sobre todo a Snape quién había tenido un golpe en la cabeza bastante contundente. Cuando el medimago se fue, todos estaban más aliviados.

—Kreacher acaba de preparar una habitación para el Señor Snape. Kreacher requiere que lo siga —dijo el elfo con el tono quejumbroso que lo caracterizaba mientras Severus asentía y se encaminaba a su costado.

—¿Puedo ir? Me gustaría saber dónde se está quedando mi hijo —habló Eileen con duda.

—Por supuesto, Señora Snape. —Sirius sonrió con amabilidad—. Por favor, Kreacher muéstrales adecuadamente el espacio.

—Como usted ordene, amo Sirius. —y luego gruñó dicien do más bajo—. Ugh todo lo que tiene que soportar mi pobre ama de estos traidores a la sangre...

—Kreacher. —Regañó Regulus.

—Kreacher lo lamenta, amo Regulus. Kreacher se fue un poco de boca...

—Qué no se vuelva a repetir, por favor —dijo seriamente.

—Con ese elfo, lo dudo mucho —comentó Sirius. Regulus negó.

—Confío en que esta vez se comportará. ¿Verdad, Kreacher?

—Lo que usted ordene, amo Regulus —respondió con complacencia y luego dirigió con sus perezosos pasos a los Snape para guiarlos a la habitación indicada.

Lo siguieron por un poco iluminado pasillo, no muy lejos de ahí. Severus tuvo que reconocer que la habitación estaba impecable. El elfo había adecuado el espacio a las órdenes dadas por Regulus y Sirius, así que ahora tenía un escritorio, un baño propio y un sofá donde leer. En la mesita de noche ya descansada su ropa de la noche anterior, limpia y ordenada mientras en su cama habían prendas que antes no había visto.

—El amo Sirius le ordenó a Kreacher ir a Twilfitt y Tatting y comprarle un par de conjuntos de ropa a usted Señor Snape —dijo entre gruñidos.

—¿Twilfitt y Tatting dice? —Eileen miró con ojos curiosos—. ¿Está hablando de la tienda mágica de la más alta clase en Londres?

—Mis amos han comprado todas sus túnicas ahí —dijo Kreacher con orgullo.

—Sev, mira, ¿Podías imaginar tener algo tan lujoso en tus manos? —dijo con emoción tomando el camisón de color verde oscuro—. Toca. Han pasado años desde que toqué una tela tan fina.

Severus podía dar fe a lo que decía. Cuando la yema de sus dedos tocaron la tela, se sintió como acariciar el pelaje de un gato, suave y sedoso, justo como el camisón que traía ahora encima. Miró con asombro los conjuntos colocados en su cama, en un orden y pulcritud que cualquiera envidiaría. Severus nunca tuvo oportunidad de usar ropa nueva. Lo lejos que había llegado es una vez conseguir ropa de segunda mano pues la demás eran ropa remendada por él o Eileen. Era nuevo tocar y ver texturas tan agradables al tacto que a su madre parecían sacarle un suspiro de nostalgia, diciéndole con conocimiento de que material se trataba.

—Algodón —dijo con alegría mientras le probaba por encima el suéter de color beige—. Perfecto para estas temporadas. Gracias Kreacher —dijo con una amable sonrisa.

James lo sabe [Snirius]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora