Severus se levantó transpirando de una cama que no era la suya. Lo notó cuando observó con ojos ansiosos el estilo de la habitación, ostentoso, pulcro y con una sola cama. Antes de que pudiera levantarse, desde la puerta, apareció Evan Rosier.
—¿Ya estás despierto? Pensé que dormirías más, te veías agotado —dijo con tono suave y afectuoso, todo lo que podía ser alguien tan frío como Rosier.
—¿Qué hago aquí? —dijo todavía acostumbrándose a la luz.
—Te desmayaste —informó mientras se sentaba a un lado de la cama. Un frasco se alzaba al frente suyo. Severus lo tomó por inercia, un poco más confiado, ya que Rosier no era alguien por el cual preocuparse—. Has estado aquí dos horas.
—¿Y Regulus y Barty? —preguntó mientras bebía la poción.
—Ellos estuvieron aquí —dijo con rostro neutral—. Estaban muy preocupados por tu salud.
—¿En serio? —Su voz por primera vez se percibía un poco de esperanza. Severus lo miró con un brillo sutil en los ojos—. Entonces ellos no...
—Tendrás que preguntárselo a ellos, Severus. —Suspiró mientras con su mano acariciaba suavemente la cabeza del muchacho.De pronto, un recuerdo vago se le vino a la cabeza. Severus dirigió su mirada cansada a Rosier.
—¿Qué hay de Black? —Poco a poco estaba recuperando sus recuerdos—. ¿Él... estuvo aquí?
—¿Black? —Alzó una ceja mientras le daba una gesto confuso, casi inocente—. Él no ha aparecido por aquí. Soy el único que ha estado cuidándote.La habitación se quedó en silencio.
—Pero... —Severus se veía desorientado.
—No te preocupes. Tu mente debe estar confundida. —Le consoló mientras acariciaba su hombro y lo instaba a acostarse—. Seguro ahora debe estar en algún lado soltando maldiciones contra ti.¿Quizás se pegó tan fuerte que lo imaginó? Severus recordaba algunas cosas que habían sucedido antes de desmayarse como la conversación con Dumbledore, la pelea con Williams y también veía a Black en sus recuerdos. Sin embargo, Evan hablaba como si él lo hubiera encontrado y traído hasta allí. Todo era tan difuso. Entonces, ¿Black se había arrepentido de lo que dijo y lo había dejado solo a la deriva?
Evan contempló cada estado de ánimo cruzar la mirada de Severus con frialdad. Conocía lo suficiente a su amigo para saber que aquella reacción no era propia de él y menos si era dirigida a su enemigo. El ínfimo sentimiento de tristeza que cruzó por sus ojos oscuros fue tan claro y palpable que se sintió como un veneno propagándose en su interior. Evan sonrió sin expresar calor en ella. Ahora que sabía eso, cortaría ese sentimiento de raíz antes de que uno de los dos se diera cuenta. Solo necesitaba que Severus confiara de la misma forma que ahora confiaba en él.
—¡Sev! —exclamó una voz. La puerta se abrió. Era Regulus.
No tardó en abalanzarse hacia él en cuanto lo vio. Sus ojos lucían algo vidriosos y un poco rojos, pero como era usual intentó disimular sus sentimientos poniendo un poco de distancia física entre ellos. En cambio, Barty se quedó pegado a él como una especie de sanguijuela que no es capaz de alejarse. Evan miró aquella interacción con rostro tenso.
—Estuvimos buscándote por todas partes —contó Regulus con tono agraviado—. Hasta fuimos a la Torre Gryffindor a preguntarle a Lily, pero...
El nombre de ella hizo que se apretara el nudo de su garganta.
—No quiso atendernos —dijo Barty con voz seca, que rara vez usaba—. Supimos entonces que algo andaba mal. Nadie parecía saber nada. Hasta hace un rato que alguien dijo que en la enfermería se encontraba una alumna ingresada debido al ataque de otro estudiante.
—Así que pensamos que serías tú —dijo Regulus por él.Severus asintió, cabizbajo.
—Entonces... ¿Eso les hizo pensar que estaba involucrado? —preguntó con los labios apretados, pensando lo peor.
—En realidad, pensamos que habías sido herido también —repuso Regulus después de observar a la conclusión equivocada que había llegado su amigo —. Lupin fue quien nos aclaró la situación al final.
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James lo sabe [Snirius]
FanficJames ya está cansado de los cambios de humor de Sirius, y aunque muy profundamente sabe la razón de esa irritabilidad repentina y de sus momentos de ensimismamiento, no lo quiere aceptar. Su mejor amigo no podía estar enamorado de su peor enemigo.