Rumbo a clases—mientras entablaban una charla ligera y superficial en los pasillos— los chicos se abrieron paso entre el barullo de alumnos, quienes también iban a sus respectivos salones.
Sirius Black conversaba en tono relajado. Caminaba despreocupado y luciendo casi desinteresado de las miradas indiscretas de algunas chicas y chicos, cautivados de su natural elegancia al moverse y esa encantadora apariencia, todo herencia de su familia sangre pura.
Sin embargo, el que realmente estaba disfrutando esa atención y no hacía nada para ocultarlo era el muchacho a su costado. James Potter sonreía de medio lado, lleno de arrogancia. No había nada como comenzar un nuevo día con su ego siendo alimentado por otros. Era imposible ignorarlo, especialmente con ese cabello negro, muy despeinado (aunque por enésima vez había intentado arreglarlo) El hombre lobo golpeó con su libro al Gryffindor, enojado que hiciera el tonto tan temprano en la mañana.
Remus Lupin tenía una misión hoy y era la de vigilar que sus amigos no se metieran en problemas o generaran caos, pero ya desde muy temprano estaba fracasando con su objetivo. Pues desde que James y Sirius habían dejado las cosas claras el día de ayer, todo había ido en viento en popa en su amistad, sincronizándose incluso más que antes. Remus los veía. Estaban con ganas de hacer una broma. Sin embargo, no era el momento si es que tenían en mente el plan acerca de Snape.
Moony no pudo evitarlo. Suspirando, debía admitir, mirando los rostros bien parecidos y altivos de sus amigos, que era imposible para ellos entrar a un espacio y no ocasionar alboroto con o sin sus aportaciones. Era el efecto Potter-Black.
Porque aunque ese chico lobo lo negara, también muchas miradas eran atraídas por esa imagen tan calmada y amigable que daba. Probablemente, la gente sentiría que lidiar con él era bastante fácil. El chico menos problemático de los cuatro, siempre escondido en sus libros, de una apariencia tierna y amable, eso es lo que los alumnos murmuraban. Y aunque también comentaban sobre su físico—como lo aparentemente enfermo que solía verse— no era de preocuparse una vez que se dejaban atraer por su aura tan carismática y dejaban esos cuestionamientos.
A su lado, Peter Pettigrew observó con ojos brillosos a James y Sirius pero esta vez ese brillo fue atenuándose. Estaba pensando. Últimamente era lo único que hacía, pensar aunque muchos se burlarían ya que lo consideraban alguien bobo y poco inteligente. Aun así, su comportamiento pasó desapercibido por sus amigos y tristemente no le extrañó ya que no es que le preguntaran con frecuencia sobre cómo se sentía.
Peter, apodado Wormtail por sus amigos, era el menos agraciado y carismático de su grupo. Lo sabía bastante bien y también de los comentarios negativos que corrían sobre su persona. Pettigrew era menudo, no de una contextura atlética como Potter o guapo por genética como Black, así que era blanco de comparaciones una vez que se paraba al costado de ellos, por eso mil veces prefería estar al lado de Moony.
Tenía la piel un poco curiosa, ojos pequeños que lucían aparentemente llorosos, cabello castaño claro—casi rojizo— y de nariz puntiaguda. Si no estaba idolatrando al dúo Potter-Black mientras fastidiaba a otros, entonces estaba a un costado luciendo nervioso, a veces comiéndose las uñas por la ansiedad.
Habían pasado años desde que fue seleccionado para la Casa Gryffindor pero aún había gente juzgando sobre lo equivocado que había estado el sombrero seleccionador con respecto a su decisión.
"Pettigrew denota cada año su falta de valentía. ¿Es de verdad un Gryffindor?"
"Podrá molestar a otros pero es porque tiene dos armas contundentes como son Potter y Black, pero ¿Si quiera te lo imaginas haciéndole frente a Snape? De ninguna manera"
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James lo sabe [Snirius]
أدب الهواةJames ya está cansado de los cambios de humor de Sirius, y aunque muy profundamente sabe la razón de esa irritabilidad repentina y de sus momentos de ensimismamiento, no lo quiere aceptar. Su mejor amigo no podía estar enamorado de su peor enemigo.