—Alphard —susurró, encontrando al susodicho a un lado de su estudio.
Este personaje había entrado con cautela, o quizás, dado que la Casa Black en ningún momento lo consideró un intruso, simplemente se había acomodado a la situación y ahora se acercaba con toda tranquilidad.
Orión había tenido que cambiar sus protecciones anteriores debido al reciente inquilino, Severus Snape, puesto que Walburga las había quitado de golpe para dejarlo pasar, y por su mala gana no lo había vuelto activar. Orión tuvo que actuar en su nombre y fortalecerlas nuevamente.
—Pensé que volverías al país el año siguiente —dijo poniendo las manos detrás suyo.
—Ocurrieron algunas circunstancias que hicieron mi llegada abrupta —respondió. Orión lo miró con impasibilidad—. Supe que borraron a Andrómeda del árbol genealógico.
—Walburga lo hizo —dijo en tono llano—. Sus padres no querían saber nada de ella. Se lo exigieron luego de que el escándalo llegara al Profeta.
—Es por eso mismo que vine —suspiró—. No pueden condenar a la muchacha solo porque se enamoró. Seguro hay formas de enderezarla.
Orión alzó una ceja.
—Pensé que eras de la idea de simpatizar con los muggles —dijo burlón.
—También creo que la familia es lo primero —respondió con un brillo en sus ojos y el mentón elevado—. Siempre daré la cara por cada uno de ellos, no importa las decisiones que tomen.
—Debió ser por eso que tu padre nunca te tomó en cuenta para ser cabeza de familia. Eres muy irreflexivo.
Alphard bufó.
—Mi padre quería a alguien fuerte, que en sus términos sería como la malgeniada de mi hermana. Ni Cygnus ni yo cumplimos las expectativas que él hubiera deseado. Siempre dijo que todo el potencial mágico y de carácter se lo había llevado ella —contó con los hombros relajados y las manos en los bolsillos, observando el cuadro de Orión parado al lado de su esposa—. Lindo retrato. ¿Tuviste que amarrarla para que se quedara quieta?
—Gracioso. Imaginé que el crecer te haría madurar.
—Pero si tu disfrutabas más que nadie mis bromas, primo —dijo en tono sarcástico—. Y no cambiaría mi esencia solo porque ustedes han decidido volverse unos amargados.
—No te tomas en serio las responsabilidades.
—Soy guapo y exitoso, ¿Por qué debería preocuparme por las responsabilidades? —sonrió con encanto.
—¿Ya has encontrado esposa? —preguntó mordaz.
—Dime, primo, ¿Ya encontraste una mujer que no sea de la familia para casarte?
Orión lo miró resentimiento. A su vez, Alphard rió.
—Está bien, está bien. Voy a confesar que me gustaba tu hermana, Lucretia para que no te sientas mal de casarte con tu prima. ¡Todos podemos ser endogámicos!
Cuando la risa de Alphard se volvió más fuerte, Orión tuvo que darle un codazo en las costillas para que se callara.
—Entonces —dijo con intención de cambiar de tema—. ¿Qué te dijo Cygnus?
—Está haciéndose el duro, diciendo que ahora solo tiene dos hijas, pero en el fondo, todavía le llora a la almohada porque un "sucio muggle" le quitó a su adorada princesa. —Bufó—. Todavía no comprendo de dónde nació una criatura tan bella pero maléfica como mi sobrina Bella de un sensiblón como Cygnus.
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James lo sabe [Snirius]
FanfictionJames ya está cansado de los cambios de humor de Sirius, y aunque muy profundamente sabe la razón de esa irritabilidad repentina y de sus momentos de ensimismamiento, no lo quiere aceptar. Su mejor amigo no podía estar enamorado de su peor enemigo.