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VERDADES A MEDIAS

Sin mucho ánimo recibió la copa de champagne que le ofrecieron, ese era otro de esos días en los que su estado de ánimo decaía y se sentía la peor persona del mundo.

Se clavo en la espuma de la copa de cristal que sostenía en su mano al menos, a la vista de la personas eso parecía, pero su mente divagó en compañía de aquella pregunta que lo atormentaba día y noche. ¿Encerio dejaría que esto sucediera?.

Era consiente de que lo que hacía estaba mal, el no quería ésto, bueno si, pero no con Dak ho.

Había tenido tantas oportunidades de hablar antes de los preparativos que cabía aclarar, -él no estaba metiendo mano-. Pero cada que miraba a Dak ho, simplemente no podía, él era bueno y eso lo sabía de antemano.

Dak ho era una persona amable, que lo protegió en muchas ocasiones, que lo consoló cuando estaba mal, que le hizo compañía sin jusgarlo. Que lo amo incluso antes de que taehyung lo supiera.

Era consiente del daño que le haría, era tarde, la ilusión de que en pocos días se casarían se le reflejaba en la mirada con tanta claridad que dolía. La sonrrisa de Dak ho, al preparar todo era enorme y llena de vida. Al mirarlo hacer todo con tanto afán, no hacía más que hacerlo sentir miserable, ¿Cómo podía ser capaz de hacerle ésto?.

- ¡Tae! - lo miró, ¿Por qué temía tanto decirle?
- iré a probarme los trajes que elejí -
Le sonrrio.

Ayer habían asistido al local para probarse algunos trajes, Dak ho había hecho la cita, pero tae se sintió tan mal que solo habían alcanzado a escojer, se habían tenido que retirar.

- sí -. Se forzó a sonrreirle.
Había Sido la sonrrisa más falsa y más dolorosa, cuando Dak ho le entregaba la más hermosa y sincera.

Miró a Dak ho irse con la dama hacía los vestidores y él solo se quedó ahí, parado y con la copa de champagne que no había ni bebido.

No tenía ganas de festejar, ¿Que debía de festejar, el engaño?, no, eso no era digno de festejó, era digno de gritos, de desprecio. Miro de nuevo aquella copa y perdió en las burbujas que se reventaban y suspiró.

- Señor Kim, de este lado por favor - indico la dama, mirándolo con una sonrrisa de complicidad.

Tae la miro y sonrió, miro la copa y de un solo trago se la bebio, aquel tónico le había sabido tan amarco como la iel, tanto que le provocó náuseas.

No sabía que hacer, no estaba bien, solo con entrar a aquel lugar, sentía que el aire se le iba de los pulmones y las piernas se le hacían gelatina. Una cosa era probar pasteles, ver flores, pero una muy distinta y pesada, era mirar a Dak ho en un traje que oficializaria el engaño.

Por qué eso era, un engaño, no era claro con él. Le faltaba el valor para decirle que si lo había amado, pero que había conosido a alguien más y que no podria casarse. No cuando Dak ho sonrreia con tanto fervor cada que lo miraba, no cuando degustó con tanto cuidado el sabor del pastel, no cuando las flores de las mesas las había escogido con tanto cuidado para que nada deshencajara. No cuando el anillo de compromiso era el que quería y lo tenía.

Levantó la mirada al frente y se topo con su propio reflejó, tenía los ojos cristalizados, su labio inferior tiritaba, el sudor en su frente pegaba sus rulos castaños y de pronto sintió la boca seca.

- Los nervios son normales, señor Kim. En la sala hay más champagne -
Hablo la dama. Tae la miró y trago saliva tratando de aliviar la resequedad.

- Gracias -. Pronuncio con dificultad.
Tenía echo una maraña en la mente y un nudo la garganta.

Tenía echo una maraña en la mente y un nudo la garganta

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🖤Eres mi mejor pecado🖤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora