Temporada 2 capitulo 4 El beso

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Sus ojos se cerraron de nuevo, solo para notar que en realidad no podía dormir, su ceño estaba fruncido, y por una vez en su vida no estaba dispuesto a cambiar su actitud hacia sus compañeros.

Sin embargo, el chico lo pensó dos veces, ellos en realidad no habían tenido la culpa, simplemente estaban hablando de éso cuando de repente aparecieron y atacaron a su padre adoptivo.

Una ligera capa de molestia se ocultó tras la grande sonrisa que les dedicaba a todos sus amigos al pasar, en realidad no quería ser desagradable con ellos, no quería causarles más problemas que los de antes.

Pensó que ya era suficiente.

Una mirada se dibujó con preocupación en su hermoso rostro, una mirada dirigida preocupada por su bienestar, la única persona en darse cuenta de que algo no estaba realmente bien.

Ochaco Uraraka era la chica que se había acercado a Izuku, y con su familiar singularidad se acercó a él, aún sonriendo como diciendo que todo iba a estar completamente bien.

Las cosas iban a ser diferentes.

El chico no estaba totalmente seguro de eso, sin embargo aún no podía perder la esperanza.

La chica tomó de la mano al chico y lo condujo hasta la terraza de la academia, en dónde ambos se encontraron viendo el hermoso amanecer que llegaba con un nuevo día.

Un día que el chico no iba a estar con su amado padre, sin su familia.

La chica lo saco de sus pensamientos tomándolo del mentón, y en ése momento mágico, ella lo besó, le había dado un beso casto y puro demostrando por una vez sus sentimientos hacia el chico, quien solamente se limitaba a observar el gran movimiento de la chica, su amada, la chica de sus sueños y simplemente se fundió en aquel beso.

Ése lugar fue el momento en el que se habían demostrado su amor mutuo de una manera que nadie lo había hecho, era algo tan mágico que simplemente cedieron a sus sentimientos. Nisiquiera lo que habían dicho los iba a salvar ahora.

Sus corazones se unieron y sus pensamientos se sincronizaron, sonando al unisono los latidos de su corazón, pero aún así, ambos estaban nerviosos después de éso. Ella solamente quería consolarlo.

Sus ojos se miraron fijamente y, decididos, tomaron su decisión, y ambos lo declararon al mismo tiempo. Aquellas palabras que habían estado escondidas en su interior, intentando salir con desesperación.

Te amo.

Se dieron otro beso que duró un poco más que el primero, sin embargo, por falta de aire terminaron por separarse.

Después de éso, nadie dijo nada, solamente se quedaron viendo el resto del amanecer sin palabras.

Estaban en paz total con ellos mismos y con su entorno, en ése momento se sintieron seguros y se dejaron llevar. Ellos eran tal para cual.

Y después de eso, los verdaderos problemas llegaron con la fuerza de un maremoto. Hundiendo todo a su paso.

Izuku. TraumasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora