Temporada 2 capitulo 2 las luces del cielo

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Una promesa rota, una resolución quebrantada, una pregunta realizada al cielo que nunca será contestada.

Izuku Yagui se preguntaba si tuvo una oportunidad de salvar a su querido padre.

La naturaleza en la que se vive en la actualidad es lo que se puede describir menos justa, el pecoso lo sabía, sabía por todas las perdidas de las personas que alguna vez fueron importantes para él.

Una persona que lo pierde todo, pero aún le queda algo, su corazón está en su pecho, latiendo desesperado, deseando que sea solo una mala pesadilla.

Sus ojos brillaban, su mirada se ensombreció y con unas palabras, el chico el lugar dejo.

Sus sollozos fueron silenciados, su mirada estaba realmente apagada, unos orbes verdes perdian su brillo y, con lo último de sus energías, se encerró en su habitación.

Uraraka Ochaco, una persona normalmente con unos ánimos que siempre ayudan a salir adelante al peliverde, su mirada estaba realmente preocupada por su amigo, en realidad estaba teniendo una pregunta.

Su pecho dolió, sin embargo poca importancia le dió, sus ojos perdieron brillo gradualmente y a su balcón se asomó.

El aire se sentía cálido, casi como un toque maternal, su mirada se alsó, dejando ver sus ojos brillantes de lágrimas, éstas escurrieron poco a poco de sus mejillas, en realidad el no lo esperaba.

El viento entonces sopló, fue una brisa fuerte que movió su cabello hacia un lado, el ambiente se sintió muy frío de repente, pero de igual manera se quedó ahí.

Cada ser vivo sintió aquella brisa, tan húmeda y fría como ninguna otra, al parecer iba a llover.

Todoroki y compañía, quienes hablaban sobre los gigantes estaban de por sí conmocionados por lo sucedido con anterioridad, sin embargo, no sabian cómo reaccionar exactamente ante tal suceso.

Aizawa reaccionó, sus ojos se encontraron con los verdes de Yagui quien, aún triste, se veía bastante aliviado, era una extraña combinacion de sentimientos.

Izuku no estaba listo para el muy posible interrogatorio que estaba a punto de recibir por lo que decidió dejar el lugar antes de que alguien más lo viera.

Su mirada se alzó, una última vez vió la luna llena en su balcón y rápidamente cerró la ventana dando por terminada su visión nocturna.

Sus lágrimas no tardaron en salir pero el chico no les dió importancia.

En su lugar, el chico se sentó en su cama y procedió a buscar su ropa para cuando terminara de bañarse, sus orbes esmeraldas reflejaban sentimientos negativos hacia sí mismo, sin embargo, guardandolos muy dentro suyo el chico estaba realmente dispuesto a dejar su tristeza para más tarde pues no sé sentía con los ánimos que solía tener.

Uraraka se acercó poco a poco a la habitación de Yagui y tocó la puerta, de la cuál nadie salió, sus castaños ojos se encontraron con los rubíes de su compañero altamente explosivo y se sorprendió, lo que pudo pasar por alto y rápidamente se encaminó a su habitación.

Bakugo se preguntaba la razón por la que la chica castaña se encontraba en el lugar, pero tocó la puerta y no recibió respuesta alguna, por lo que no le dió más vueltas al asunto y se alejó a paso rápido mientras el chico que se encontraba en el baño no se había enterado de nada.

De la nada una luz se reflejó, una inmensa luz en medio de la obscuridad que era conocida como noche la cuál solo se alumbraba con las estrellas y la luna.

Una voz resonó en todo el mundo, llamando así a la destrucción que se avecinaba en el planeta en el que cual todos estaban por vivir, era realmente aterrador.

El chico, quien estaba en el baño, palideció significativamente al saber que el fin del mundo estaba cerca, en realidad el OFA estaba avisando de la catástrofe, pero aún había algo que no cuadraba, era algo sumamente importante que se le estaba pasando por alto.

Al parecer había una posibilidad de detener el final del mundo, sin embargo el chico no estaba completamente seguro de éso, tendría que hablar con sus amigos y exponer su punto de vista, mientras eso pasaba en el baño del chico, los de afuera estaban sumidos en una tremenda desesperación.

Sus compañeros con los que el estaba juntos en realidad estaban preocupados, su mirada detonaba ira, odio y rencor, algo que los héroes no deberían de mostrar, habían alcanzado a ver una silueta femenina en medio del lugar de la explosión de luz que se había llevado a cabo hacia unos momentos atrás, estaban viendo como se difuminaba en la obscuridad con su presencia, la cuál transmitía una de completo caos, era la destrucción misma.

Bueno, no tengo justificación pero en realidad no tenía idea de que más escribir, sin embargo mis ideas poco a poco se están aclarando y ya estoy por desarrollar la segunda y última parte de ésta historia.

Por cierto, felices fiestas y disfruten su tiempo con sus seres queridos, no hay nada más valioso que ellos.

Izuku. TraumasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora