M A Ñ A N A
T i e m p o A t r á s
Los días transcurren con livianas noticias que salpican entre la inmensidad de lo cotidiano de la vida.
Ah, vida efímera que Dios dice que son como flores. Algunos logran llegar al final de día, pero otros dispersan sus pétalos por el viento.No duran una eternidad terrenal.
Sucede que por momentos esos días, que alumbraron con resplandor ligero, acabaron siendo difuminados por grande confusión. Entre sombras de dolor, la oscuridad construyó para su conveniencia, un muro que dividía aquello que derramaba su protección.
La ira se despertó.
Sería solo un momento; pues su favor dura toda la vida.
Por la noche durará el lloro.
Y a la mañana vendrá la alegría.Temporadas de viva aflicción llegan a nuestra vida cotidiana. Una donde hay una relativa paz. En la mía, algunos movimientos sísmicos han pasado; el denominador común es que vamos saliendo a nuestro paso. Escalón por escalón, soltando el control.
No precipitando nada por un segundo de ansiedad. Empezamos de nuevo, pero sin volver a la línea de partida.
Eso quedó atrás y, solo con pensar en retroceder, la muerte es preferible.Algunos aspectos de mis memorias eran difusos y, así avanzan a día de hoy. Pero hace tiempo lo dejé en las manos de Dios. Porque esas cargas no me dejaban descansar.
Parecían ligeras.
¿Cuándo? Cuando pensaba que tenía una vida agradable.
A veces, me iba a dormir olvidando la oración. «Dios puede esperar. Él me entiende». El acomodamiento solía ganar y creía que con hacer el trabajo era suficiente. Entonces, ese enemigo se despertó para enseñarme lo difícil que es hacerlo sin Dios.
Tener una vida sin Dios.Vivirlo a cada despertar.
No lo experimente a profundidad. Jesucristo sabe que no hubiera podido combatir con eso. Tuve que pasar por el umbral del dolor para entenderlo, para saber que Dios no lo hace a la manera del mundo. Lo hace perfecto, con misericordia.Él mira desde los cielos a la tierra, para oír el gemido de los presos. Para soltar a los sentenciados a muerte.
Aún las olas lo obedecen y el viento enmudece, porque nadie ha podido ni podrá detener ni perturbar los designios de Dios. Todos los que contra él se levantaron, cayeron.Más...
Los que confiaron en el poder de Jehová, ni aun el infierno mismo que se empeñó en destruirlos, ni utilizando su mejor armamento, pudo derrotarlos. No existe derrota para quienes Jesucristo les dio ya la victoria.Mi sueño fue grato, desperté y que glorioso se sintió.
Nicolás y los chicos habían pasado por mí. La diversión de: aquí vamos de nuevo, era la mejor sensación. Andábamos un poco decaídos por los acontecimientos que, mágicamente, creíamos que se resolverían.
A veces, la tortura venía acompañada de esas risas que me pertenecían.
Las oía, pero ya no eran mías.Recogí los materiales de arte esparcidos en el escritorio.
El primer día había sido una complicada y maravillosa experiencia. Pero esa clase adicional lo mejoraba todo, aunque la profesora Milicentt la imponía.Y es que nuestra existencia para algunas personas es un constante tropiezo porque, en nosotros ven a la persona de quién tanto han huido.
Ella pensaba que obligarme a asistir sería horroroso. Pero Dios lo convirtió en una preciosa bendición.
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RUTA 27 | ✓
Teen FictionPude contar la estrellas en el infinito. La melancolía de dejarte, se desvaneció. El majestuoso atardecer abriría una ruta para recordarte que "fuimos uno". Él fue la lluvia que se esparció sobre la sequedad de nuestros corazones; jamás te dejará, e...