CAPITULO 7

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—¿Qué está pasando? —Estrella de Pino estaba al lado del curandero en

un instante, con Caída del Sol pisándole los talones.

Fauces de Víbora y Cola de Tormenta, compartiendo un tordo debajo

de la Peña Alta, giraron sus amplias cabezas para mirar a Pluma de Ganso.

Cola Pintada se escabulló de la entrada de la maternidad, su mirada

recorrió ansiosamente el claro hasta posarse en los cachorros. Pequeño

Cardo se dirigía al montón de carne fresca con sus compañeros de guarida

agrupados detrás. Manto Borroso y Ala de Petirrojo salieron de la guarida

de los guerreros y se apresuraron tras Manto de Piedra y Cola Moteada.

—Mira el pelaje del campañol —dijo Pluma de Ganso, con los ojos

todavía fijos en el pequeño trozo de presa.

Zarpa Azul, repentinamente abarrotada por sus compañeros de Clan,

se deslizó entre patas y bajo vientres para ver al campañol. Pluma de

Ganso le pasaba una pata por el flanco.

—Miren —siseó el curandero—. Miren cómo se separó el pelaje por

aquí, —con una garra señaló la clara línea que iba desde el hombro del

campañol hasta su vientre. A un lado de la línea, el pelaje se le erizaba

hacia su oreja; en el otro, se extendía suavemente hacia la cola—. ¿Ven

cómo aparece aplanado aquí? —Pluma de Ganso hizo una pausa y miró a

su público.

Fauces de Víbora y Cola de Tormenta se acercaron.

—¡No puedo ver! —Pequeño Cardo se movió arriba y abajo detrás de

Cola Pintada.

—¡Shh! —ordenó Cola Pintada, haciéndole retroceder con su cola.

—¿Pero qué significa? —preguntó Estrella de Pino.

—Es como un bosque aplastado por el viento —gruñó Pluma de

Ganso—. Así es como seremos aplastados por el Clan del Viento.

Cola Pintada retrocedió y plegó su cola alrededor de Pequeño León y

de Pequeña Dorada, pero el macho se soltó y se dirigió con valentía hacia

el campañol.

—¿Cómo puede un tonto trozo de carne fresca decirte todo eso?

—Sí —Orejitas se inclinó hacia adelante—. ¿Cómo puedes estar

seguro?

—¡Es un curandero! —Fauces de Víbora soltó—. ¡Comparte lenguas

con el Clan Estelar!

—El robo de presas fue solo el principio —continuó el curandero—.

Esta señal fue enviada desde el Clan Estelar como una advertencia. Como

una tormenta, el Clan del Viento arrasará el bosque. Nos destruirán,

destrozarán nuestro campamento y convertirán el territorio del Clan del

Trueno en un páramo. Nos aplastarán como la hierba en un prado.

Flor de Luna se asomó junto a Zarpa Azul.

La Profecía de Estrella AzulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora