CAPITULO 13

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El Clan del Trueno se abalanzó hacia adelante.

Caída del Sol siseó a Zarpa Azul:

—¡Mantente cerca de mí! ¡Y no te enfrentes a ningún gato más grande

que tú!

Zarpa Azul miró a los gatos del Clan del Río que se erizaban en la

cima de la roca. ¡Todos eran más grandes que ella! La sangre palpitó en sus

oídos cuando Caída del Sol cargó contra las Rocas Soleadas, chillando

como un zorro. Ella se lanzó tras él, con las orejas gachas y los ojos

redondos; un chillido salió de su garganta más impulsado por el terror que

por la rabia. ¿El Clan del Río había traído a todo su campamento?

«¡Que Cola de Tormenta venga pronto!».

Estrella de Granizo aulló cuando Estrella de Pino se estrelló contra él,

tirándolo al suelo. Caída del Sol mandó a un gato blanco a rodar por la losa

de piedra con un golpe cruel, y luego saltó sobre él, haciendo volar pelos

mientras destrozaba al gato con sus patas delanteras. Una gata del Clan del

Río con un pelaje moteado corrió junto a Zarpa Azul. Pensando rápido,

Zarpa Azul se agachó y le dio un mordisco en la pata trasera mientras

pasaba a toda velocidad. La guerrera del Clan del Río chilló y se giró.

Zarpa Azul se estremeció cuando los ojos de la guerrera se fijaron en ella.

Estaban ardiendo, iluminados por el sol y por la furia. ¡Iba a atacar! Zarpa

Azul se agachó y se preparó. Cuando la guerrera moteada saltó, Zarpa

Azul se lanzó hacia adelante, deslizándose por debajo de las garras

delanteras de la guerrera y abriéndose paso por debajo de su vientre. Las

garras de la gata rasparon la piedra en lugar del pelaje cuando Zarpa Azul

se impulsó con todas sus fuerzas, desequilibrando a su enemiga. Giró para

ver a la gata caer de lado y sintió una oleada de triunfo.

Aullando de rabia, la guerrera volvió a ponerse de pie y se giró para

atacar. Zarpa Azul se preparó para arremeter, apuntando de nuevo al

vientre, pero la gata del Clan del Río estaba preparada. Entró a ras de

suelo, golpeando las patas delanteras de Zarpa Azul y haciéndola girar y

rodar por la roca. Agarrándose a la piedra, las garras de Zarpa Azul se

deslizaron sin conseguir agarrarse, y se encontró cayendo y deslizándose

por la ladera y cayendo en picado sobre la nieve amontonada abajo.

Luchando por salirse del hueco, Zarpa Azul estornudó la nieve helada de

su boca y nariz. Hizo una pausa para recuperar el aliento, y luego comenzó

a arrastrarse por la base de la roca con la boca abierta y las orejas

aguzadas, probando el aire en busca de cualquier señal de los guerreros del

Clan del Río. El río congelado burbujeaba a una cola de distancia,

La Profecía de Estrella AzulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora