CAPITULO 16

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—Zarpa Azul, a partir de este momento serás conocida como Pelaje Azul.

El Clan Estelar honra tu valentía y tu fuerza, y te damos la bienvenida

como guerrera de pleno derecho del Clan del Trueno. Sirve bien a tu Clan.

Pelaje Azul luchó por mantener sus patas quietas mientras Estrella de

Pino le tocaba la cabeza con su hocico y sus compañeros de Clan

comenzaban a corear.

—¡Pelaje Azul! ¡Pelaje Nevado! ¡Pelaje Azul! ¡Pelaje Nevado!

Pelaje Nevado se apretó contra ella.

—¡Somos guerreras! —susurró emocionada.

La felicidad flameó como una estrella fugaz dentro de Pelaje Azul.

Miró el Clan a su alrededor, a las caras familiares, orgullosa de ser parte de

ellos, sintiéndose cálida por la bondad que brillaba en sus ojos. Cola de

Tormenta se puso de pie junto a Cola Moteada y, levantando la barbilla,

gritó los nombres de sus hijas en voz alta hacia el cielo que se oscurecía.

«Se lo está contando a Flor de Luna». El pensamiento le llegó al corazón

como una espina de miel, calmante y dolorosa a la vez. Si tan solo Flor de

Luna hubiera estado entre sus compañeros de Clan para ver este momento.

«Pero sí que está entre sus compañeros de Clan. En el Clan Estelar».

La noche de la estación de la hoja nueva era cálida, y el campamento

estaba lleno de cantos de pájaros, como si incluso los pájaros estuvieran

agradecidos por el calor y la nueva vida que había surgido en el bosque. El

aroma fresco de las presas y el nuevo crecimiento se arremolinaba en la

brisa.

—Siguiendo la tradición de nuestros antepasados, Pelaje Nevado y

Pelaje Azul vigilarán el campamento hasta el amanecer mientras nosotros

dormimos —anunció Estrella de Pino.

Pelaje Azul bajó la cabeza. Cuando el Clan empezó a fundirse en sus

guaridas, notó con alivio que Bigotes de Hierba estaba empezando a

engordar. Él y Patas de Leoparda eran siempre los primeros en el montón

de carne fresca, ahora que estaba llena de presas. Patas de Leoparda se

había mudado recientemente a la maternidad mientras esperaba tener los

cachorros de Estrella de Pino. Resulta que no había estado comiendo

presas adicionales para engordar después de todo. Se llevó a Ojo Blanco

con ella para que le hiciera compañía y para ayudar a ahuyentar el frío que

se había colado en la guarida de las zarzas, que había estado vacía durante

tanto tiempo. Todo el Clan se alegró de que hubiese nuevos cachorros a

solo una luna de distancia.

—Simplemente no se siente bien cuando puedes caminar todo el

camino hasta el arenero sin tropezar con un cachorro o dos —había

comentado Canto de Alondra.

Incluso Patas Susurrantes estaba deseando ver cachorros.

La Profecía de Estrella AzulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora