CAPITULO 24

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Cuando el sol se puso al día siguiente, Pelaje Azul iba a buscar a Pelaje

Nevado con un campañol para compartir cuando casi tropezó con Garra de

Cardo, que dormitaba junto al parche de ortigas. Había pasado toda la

noche sentado con el cuerpo de Zarpa Dulce, con Zarpa de Rosal y

Amapola del Amanecer llorando a su lado, y luego la había enterrado antes

del amanecer.

—Insistió en hacerlo él mismo, sin ayuda —susurró Pelaje Nevado

cuando llegó a salvo con el campañol alrededor del guerrero dormido—.

Es un hermano tan leal.

—Me lo contaste antes —murmuró Pelaje Azul. Intentaba ignorar la

mirada soñadora de su hermana. «Nunca me comportaré como una paloma

arrulladora con ningún gato», decidió.

Mientras el Clan compartía lenguas en los límites del claro, Pelaje

Azul se deleitó con la fresca brisa de la noche. Se sintió aliviada de que el

feroz sol de la hoja verde estuviera desapareciendo tras la cima del

barranco. No envidiaba a Caída del Sol y a Bigotes Plumosos por su viaje

reseco desde la Piedra Lunar hoy. Si todo iba bien, volverían pronto,

hambrientos y sedientos.

Se estaba sentando para comprobar si quedaban presas decentes para

ellos cuando unas piedras bajaron por la ladera del barranco más allá del

túnel de aulagas. Fauces de Víbora se puso de pie y miró expectante la

entrada del campamento. Cola de Tormenta engulló lo último que quedaba

de su ratón y se lamió los labios. Canto de Alondra se sentó con rigidez y

aguzó las orejas. Pelaje Azul saboreó el olor de Caída del Sol un momento

antes de que entrara en el campamento con Bigotes Plumosos siguiéndole.

Cola Pintada fue la primera en hablar.

—¿Qué dijo el Clan Estelar? —soltó, poniéndose en pie.

Caída del Sol cruzó el claro y saltó a la Peña Alta. Todos los ojos se

volvieron hacia el guerrero naranja, que ya parecía estar cómodo sobre la

piedra gris.

—Compañeros de Clan —comenzó Caída del Sol—, el Clan Estelar

me ha aprobado como líder y me ha dado nueve vidas.

Los coreos surgieron del Clan.

—¡Estrella de Sol! ¡Estrella de Sol! Estrella de Sol! —llamaron al

cielo que oscurecía.

—¡Estrella de Sol! —Pelaje Azul aulló alegremente, sintiendo una

oleada de orgullo por su antiguo mentor.

Entonces algo le llamó la atención, y cerró la boca con un chasquido.

¿Por qué Pluma de Ganso no se unía a la bienvenida de Estrella de Sol? El

curandero estaba sentado en la base de la Peña Alta, con sus ojos oscuros,

buscando los rostros de sus compañeros de Clan. Cuando su mirada llegó a

La Profecía de Estrella AzulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora