El rugido del monstruo se desvaneció rápidamente. Pelaje Azul pudo ver a
los guerreros del Clan de la Sombra mirando desde los árboles más allá del
Sendero Atronador, con los ojos muy abiertos de horror.
—¿Pelaje Nevado? —Se agachó y empujó a su hermana con la pata.
La guerrera blanca no respondió, solo se quedó echada en la hierba
apestosa.
—Vamos —instó Pelaje Azul—. Tenemos que volver al campamento.
Tenemos que reportar a esos guerreros del Clan de la Sombra.
Un fino rastro de sangre rodó de la boca de Pelaje Nevado.
—Te ayudaré —Pelaje Azul ofreció. Agarró el pelaje de Pelaje
Nevado y comenzó a arrastrarla hacia el bosque—. Intenta con tus patas
—rogó Pelaje Azul a través de su boca llena de pelo—. Una vez que estés
caminando, te sentirás mejor.
El cuerpo de Pelaje Nevado se deslizaba por el suelo cubierto de
hojas.
«Oh, Clan Estelar, ¿por qué le hablé de Corazón de Roble? No habría
salido corriendo. Nunca habríamos encontrado a esos guerreros del Clan
de la Sombra». Ya estarían en casa, Pequeño Blanquito estaría rebotando
de emoción al ver a su madre de vuelta.
—¿Pelaje Azul? —el maullido de Fauces de Víbora sonó entre los
árboles.
Pelaje Azul soltó a su hermana y miró al guerrero moteado, con la
mente en blanco. Fauces de Víbora había venido. Todo estaría bien ahora.
Cola Moteada estaba con él, Vuelo de Viento y Manto de Tordo también.
Ellos sabrían qué hacer. Sus compañeros de Clan se arremolinaron a su
alrededor. Sintió que sus mantos rozaban el suyo mientras se inclinaban
sobre Pelaje Nevado.
—Un monstruo la golpeó —explicó Pelaje Azul. Su voz sonaba como
si viniera de muy lejos—. Unos gatos del Clan de la Sombra estaban
cazando ardillas en nuestro territorio y los echamos, y la golpeó.
—Manto de Tordo —la orden de Fauces de Víbora fue enérgica—,
comprueba que el Clan de la Sombra se fue y no volverá.
Mientras Manto de Tordo se alejaba corriendo, Fauces de Víbora
agarró el pelaje de Pelaje Nevado.
—¡Ten cuidado! —le advirtió Pelaje Azul, con el corazón dando
tumbos—. Creo que está herida.
Sintió que la cola de Ojo Blanco le cubría los hombros.
—Vamos —murmuró la gata clara, persuadiéndola de avanzar—.
Volvamos al campamento.
Las patas de Pelaje Azul, entumecidas por la conmoción, tropezaron
con el suelo del bosque. «Está herida. Simplemente está herida». No
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La Profecía de Estrella Azul
FantasíaCompleta en Español ADVERTENCIA Este libro contiene mu3rt3s, g0r3 y vi0l3nc1a an1m4l Warrior Cats por: Erin Hunter Traducción: Clan Nocturno y Pichu06