Cuando llegó el sueño, lo hizo de forma furiosa y caótica con imágenes y
sonidos. Pelaje Azul soñaba con estrellas que se arremolinaban sobre un
bosque azotado por el viento. El vendaval tiraba de su pelaje mientras se
desplazaba desde el páramo hasta el borde del desfiladero, donde se
tambaleaba, mirando hacia el torrente espumoso que había más abajo. Una
mancha de pelaje blanco giraba en las aguas, arrastrada por la corriente.
—¡Pelaje Nevado! —el chillido de pánico de Pelaje Azul fue azotado
por el viento.
Abajo, su hermana desapareció, succionada por el agua, y luego
lanzada de nuevo hacia arriba solo el tiempo suficiente para gritar:
—¡Pequeño Blanquito!
El horror se apoderó del corazón de Pelaje Azul cuando vio que una
figura más pequeña giraba en la corriente más abajo.
—¡Mi hijo! —el aullido de Pelaje Nevado resonó desde las
imponentes paredes de roca que canalizaban el agua en una furia hirviente.
—¡No! —Pelaje Azul corrió a lo largo del borde del acantilado,
arrastrándose sobre las rocas, saltando salientes, dirigiéndose río abajo
hacia donde sabía que el desfiladero se abría en aguas más tranquilas. Allí
podría alcanzar a Pelaje Nevado y a Pequeño Blanquito, si las rocas
dentadas que sobresalían en medio de la corriente no los golpeaban hasta
la muerte.
Sentía su terror, percibía sus patas agitándose impotentes contra la
enorme inundación mientras el agua los empujaba hacia abajo, llenándoles
los oídos, los ojos y la nariz. Sintió cómo sus pulmones adoloridos
jadeaban mientras luchaban por alcanzar el aire. Sintió cómo sus frágiles
cuerpos se estrellaban contra las rocas y eran arrastrados por las piedras,
golpeados por una roca tras otra mientras la corriente los arrastraba sin
piedad. Cuando el desfiladero terminaba y el agua fluía por las costas
suavemente inclinadas, Pelaje Azul vadeó las aguas poco profundas y miró
río arriba, buscando a Pelaje Nevado y a Pequeño Blanquito. El agua
empapó su pelaje, intentó alejarla de los acantilados, pero ella clavó sus
garras, agarrando el lecho del río y rezando al Clan Estelar. «Debería ser
yo la que se ahogara, no ellos. Ese es mi destino, no el de ellos».
Pelaje Nevado apareció primero, lanzada fuera del cañón con la
cabeza apenas por encima del agua.
—¡Salva a mi hijo! —su grito aterrorizado fue ahogado por las olas
cuando el río la absorbió de nuevo.
—¡Pelaje Nevado! —histérica, Pelaje Azul trató de vadear hacia su
hermana, pero el torrente la empujó hacia atrás.
Un trozo de pelaje blanco se balanceó hacia ella. «Pequeño
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La Profecía de Estrella Azul
FantasiaCompleta en Español ADVERTENCIA Este libro contiene mu3rt3s, g0r3 y vi0l3nc1a an1m4l Warrior Cats por: Erin Hunter Traducción: Clan Nocturno y Pichu06