Los brotes verdes ablandaban los arbustos y, por primera vez en lunas, el
bosque parecía brillar con la promesa de vida y calor. Zarpa Azul se
deslizó por debajo de los imponentes pinos, con sus acículas planas y
sedosas bajo sus almohadillas. Respiró profundamente y abrió la boca para
saborear el tenue sabor de la hoja nueva. No pasaría mucho tiempo antes
de que el bosque estuviera vivo con el canto de los pájaros y el susurro de
las presas, y las magras lunas serían solo un recuerdo.
—¿Y aquí? —Zarpa Dulce rodeó un árbol, mirando en las ramas—.
Creo que puedo ver un nido.
Caída del Sol y Orejitas siguieron su mirada.
—Abandonado —suspiró Caída del Sol.
De repente, un movimiento se movió en la distancia.
—¡Ardilla! —Zarpa Azul se alejó sigilosamente, con la alegría
en su vientre mientras corría entre los árboles.
La ardilla atravesó el bosque con su esponjosa cola ondeando detrás.
Zarpa Azul corrió lo más ligero que pudo, esperando alcanzarla antes de
que se diera cuenta de que la perseguían. En cuanto la oyera, podría
subirse a un árbol, y los pinos eran demasiado lisos y sin ramas para trepar.
Pasó por delante de una zarza, fragante por el nuevo crecimiento, y se dio
cuenta de que estaba ganando terreno poco a poco. Reprimió el impulso de
correr a toda velocidad por si el golpe de sus patas la delataba. Se le hizo
la agua boca. La ardilla sería un delicioso manjar para sus todavía
hambrientos compañeros de Clan. Unas cuantas colas de distancia más y
estaría lo suficientemente cerca para abalanzarse. Controló su respiración,
midiendo cada aliento para estar preparada. Ya podía saborear la presa.
«¡Ahora!».
Empujó con fuerza contra el suelo, avanzando, esparciendo acículas a
su paso. La ardilla corrió con más fuerza, arrastrando ahora el olor del
miedo. Con los ojos fijos en su lomo gris, Zarpa Azul cambió su ritmo,
preparándose para saltar. De repente, la ardilla saltó hacia arriba. Una
cerca de madera se asomó y la ardilla desapareció por encima. Demasiado
tarde, Zarpa Azul frenó hasta detenerse, y su flanco se estrelló contra la
valla. «¡Cagarrutas de ratón!». La frustración la invadió.
«¿Dónde estoy?». Olfateó el aire. Este no era el territorio del Clan del
Trueno. Olores cálidos y extraños se mezclaban con el agrio sabor del
Sendero Atronador. Parpadeando, se dio cuenta de que había cruzado la
frontera y estaba del lado del Poblado de los Dos Patas. Había estado cerca
de esta zona antes mientras patrullaba la frontera, pero nunca se había
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La Profecía de Estrella Azul
FantasíaCompleta en Español ADVERTENCIA Este libro contiene mu3rt3s, g0r3 y vi0l3nc1a an1m4l Warrior Cats por: Erin Hunter Traducción: Clan Nocturno y Pichu06