Capítulo 3 - "La vida de ensueño"

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(Johan 7:53) Te sigo esperando, dejaste la puerta del departamento abierta.

(Johan 8:06) Voy a tomar una botella de alcohol de las muchas que tienes, no demores amor.

(Johan 8:30) Pedí algo de cenar para cuando llegues, ¿Todo bien?

(Johan 10:00) Te dejé la cena en el microondas, no sé porque no respondes mi llamadas ni mis mensajes...Sólo espero estés bien.

Fuertes quejidos inundaban la habitación, los del hombre eran demasiado reales mientras que Camila era muy buena fingiendo.

¡Por Dios, Camila está sonando de nuevo tu maldito celular! —Detuvo sus embestidas y sacó su miembro del interior de la morena.

— ¿Por qué mierda paras? —Preguntó molesta—.Tener sexo es lo único que aparentemente sabes hacer bien y te detienes en la mejor parte, ¡vaya hombre!

Bruscamente se levantó de la cama, tomó sus prendas de ropa que se encontraban esparcidas por la habitación, se vistió lo más rápido que pudo y se amarró el cabello en una coleta alta, si había algo que le molestara a Camila Cabello era tener mal sexo.

— ¡Camila espera, estás exagerando mi amor! —Aún desnudo el tipo se levantó de la cama y caminó hasta la modelo, pegándose a su espalda para que su miembro hiciera fricción en esa zona—. ¡No puedes dejarme así!

—En primera, no me digas "mi amor" Austin y en segunda deja de pretender que eso que estás haciendo me excita, sólo logras asquearme poniéndome tu pene en la espalda. —Resopló y sin más salió de la habitación del hotel, sentía hambre y ganas de dormir.

Decidió dejar esperando a su chofer fuera del hotel como toda una buena perra y en su lugar pidió un taxi de sitio, que tuviera aire acondicionado, se encontrara limpio y que fuese de un modelo reciente. Esperó menos de diez minutos cuando un flamante auto se estacionó por la parte trasera del lugar, sin pensarlo dos veces se subió y le dio la dirección de su departamento.

—Cuando pase por los topes tenga cuidado, más le vale tenerlo...

El taxista la miró extrañado y únicamente se dedicó a conducir hasta la zona residencial donde se encontraba el departamento de Camila Cabello, un lugar demasiado exagerado que expulsada por todos sitios la palabra "Despilfarro".

Se detuvo frente a una torre con apenas seis pisos, demasiado fina y lujosa, el lugar perfecto para Camila Cabello.

—Son diez dólares. —Apenas logró a decir el taxista por miedo a desatar la ira de la modelo.

Camila levantó sugestivamente la ceja, tratando de poner nervioso al conductor, buscó su cartera entre su bolso lleno de cosas inservibles y sacó una tarjeta de crédito.

—Aquí tiene. —Estiró la mano apenas un poco, ella no tenía porque depositar la tarjeta en la mano del taxista pues pensaba que el necesitado era él.

Al ver la tarjeta ondeando en el aire sus cejas se levantaron a modo de sorpresa pues no contaba con terminal para tarjetas, no en ese taxi.

—Señorita Cabello yo...yo no cuento con terminal, el pago debe ser en efectivo —Habló el taxista con la voz entrecortada por los nervios y era entendible pues ya varias veces le había tocado llevar a la arrogante modelo.

—De manera que usted, taxista muerto de hambre piensa que alguien como yo va a andar por ahí con un mugre billete de diez dólares. ¿No? —Miró a través del retrovisor como el taxista la miraba con cara de temor, se felicitó a si misma por las palabras antes dichas y se bajó del taxi.

Sweet Disposition (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora