Capítulo 23 - "Música ligera"

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Bastante sorprendida, alterné la mirada entre la pantalla de plasma y Camila, sentía que todo mi cuerpo temblaba, la cabeza comenzó a palpitarme de un momento a otro mientras que mi vista se hizo algo borrosa. No sabía cómo sentirme respecto a lo de Keana, no sabía que sentiría si por alguna casualidad la llegase a tener frente a mí, ni mucho menos como reaccionaria si ella intentara nuevamente algo conmigo. La amé, de eso no había duda, pero me había destrozado de la peor de las maneras, me había sido infiel frente a mis propios ojos, siendo aquello algo que no tenía pensado perdonar.

— ¿No me dirás quién es ella? —Preguntó nuevamente, logrando sacarme del transe, ella caminó hasta donde yo me encontraba, la mojada toalla ahora se encontraba entre sus manos mientras su cabello húmedo caía sobre uno de sus delgados hombros que apenas e iba cubierto por la fina tela de la playera que estaba usando.

Mi boca se secó de un momento a otro, no sabía si era por el nervio de la muy inesperada reaparición de Keana o porque Camila se veía realmente sexy de esa manera.

—No sé quién puede ser. —La tomé por la cintura, aplicando un poco de fuerza para atraerla hasta mi caliente cuerpo. Si le llegaba a decir que aquella era la mujer que me había destrozado no quería pensar en cómo sería su reacción.

Mucho menos sabiendo lo muy bipolar e impulsiva que llegaba a ser.

—No me mientas, Lauren —La toalla no se encontraba más entre sus manos, pues ahora estas se encargaban de rodear mi cuello—, porque terminaré sabiendo quién diablos es esa tipa y no quieres meterte en problemas. ¿Cierto?

Negué mientras seguía con mi vista sus rápidos movimientos, sus manos viajando hasta mi pecho donde empujo con un poco de fuerza, haciéndome caer completamente sobre el colchón, Camila colocó cada una de sus piernas a mis costados, aprisionándome así con su pequeño cuerpo.

— ¿Quién es esa perra de taller mecánico que me insultó por mi maldito canal favorito? —Preguntó nuevamente con su vista fija en la mía. Su cabello aún algo húmedo soltaba pequeñas gotas que caían directo en mi frente, logrando ponerme aún más nerviosa.

—Camz, no lo sé.

—Me estás mintiendo. —Su rostro descendió un poco más, sus labios apenas rozando los míos, pero cada vez que trataba de besarla ella se apartaba de mí.

Estaba jugando sucio.

— ¿Segura qué no sabes? —En plan de tortura, empujó su pelvis contra la mía, provocando que un gemido desesperado saliera por mi boca, casi sonando como un grito.

—No-o-o. —Estaba comenzando a sudar.

Camila mojó sus labios con su suave lengua, ganándose de inmediato toda mi atención. Una sonrisa más que sensual se hizo presente en su rostro y otro empujón contra mi parte íntima fue ejecutado por su parte.

—Dime quién es. —Ahora sus labios dejaban besos sobre mi cuello.

—Es-s Ke-Keana —Dije, con los ojos cerrados y la mandíbula apretada, cayendo en cuenta que estaba demasiado excitada para lo poco que ella había hecho.

Su risa retumbó por todo el lugar, sus labios se apoderaron de los míos en cuestión de segundos, besándome más que nada con cariño y ternura, era como si estuviese tratando de decirme que yo era solamente suya, que le importaba una mierda que Keana estuviese de vuelta.

Pero yo no pude no evitar pensar en la que alguna vez fue mi novia.

—Entonces no tengo de qué preocuparme. —Otro beso fue dejado en mis labios—, lo bueno es que ella sabe quién es tu dueña ahora.

Sweet Disposition (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora