CAPITULO 25: Ella es maravillosa.

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CAPITULO 25:Ella es maravillosa.

ALEXANDER HARRISON.

Me quedo con una sonrisa boba recordando el aliento de Linda en mi oido y hablándome tan cerca.

Ha sido uno de mis mejores días.

Estaciono mi auto en mi cochera y entro a mi casa mientras le digo a Dominic lo que tiene que hacer. Saludo a las ayudantes de la casa, camino hacia la oficina de mi padre y abro la puerta solo un poco y lo veo dormido en el suelo con una botella de licor a su costado.

Niego con la cabeza y subo hacia mi habitación para buscar información sobre Perú.

Costa, Sierra y Selva.

Mhm, que interesante.

Busco cosas sobre cada región. Al final me termina llamando mucho la comida de la Selva, así que busco restaurante y encuentro uno casi fuera de la ciudad.

Ya sé a dónde iremos la próxima vez.

Quiero probar nuevas cosas, y si es con ella, mucho mejor. Veo mi cuaderno de dibujos y la última imagen de Linda viene a mi cabeza.

Ella sonriendo.

No pierdo más el tiempo, agarro mi lápiz y empiezo a trazar. Esto se lo daré.

Ella me dijo, que si quería un beso suyo tendría que haber mucho más.

Y yo daré y haré lo que fuera para tener uno de sus besos.

(…)

Bostezo y veo que ya se ha hecho de noche. Termino de hacerle unos retoques en los ojos del retrato de Li y sonrío al verlo tan real.
Lo guardo en mi cuaderno de dibujos, y suspiro. Mañana ya es el evento. Veo la cajita con los collares y otra cajita en dónde está el anillo de compromiso.

Eso se lo daré de sopresa mañana que nos veamos.

Bajo para cenar algo, reviso una vez más la oficina de mi padre pero no hay nadie, de hecho está todo limpio.

— ¿Saben de casualidad en dónde está mi padre?—les pregunto mientras tomo asiento en una de las sillas que están en la cocina.

— Buenas noches, joven Harrison. Lo vimos salir hace como dos horas. Déjeme decirle que al parecer había tomado una ducha, estaba muy arreglado.

Suspiro, seguramente se ha ido al casino.

— Gracias.

— ¿Y como le fue el día de hoy, joven?—me pregunta Martha.

Es una de las señoras más antiguas, ha trabajado para mí familia desde hace mucho.

— Increíble, fui a comer comida peruana con mi prometida.

— ¿Comida peruana? Wow.

— Si, sus abuelos paternos son de allá. No sabes la alegría que sentía ver sus ojitos brillar de la emoción cada que me hablaba de Perú.

— Déjeme decirle que ese mismo brillo lo tiene usted al hablar de ella.—sonrio.

— Es inevitable. Ella es maravillosa.

— Se ha convertido en un gran hombre.—deja mi cena delante mío.

— Linda saca mi lado cariñoso.

— Debería traerla a la casa.

— Ni loco. ¿Has visto a mi padre? Todos los malditos días tiene un ataque de ira, no me voy a arriesgar a qué Linda vea una de sus escenitas o peor aún, que sea víctima de ellas.

Matrimonio sin sentimientos. (TERMINADA) ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora