CAPITULO 30: Mi estrellita fugaz.

5.7K 343 27
                                    

CAPITULO 30: Mi estrellita fugaz.

LINDA JACKSON:

Y sin querer queriendo me encontraba en clases viendo a la profesora hablar, pero realmente no la estaba escuchando.

No podía hacerlo, no podía porque un Mafioso no salía de mi cabeza.

Me tiene nerviosa, es tan impredecible. Un día coquetea conmigo y al otro día me hace hacer un trato con él para ser solo amigos... No es que me enoje, solo me confunde.

Suspiro y me levanto para ir al baño, cuando llego me lavo con abundante agua, ojalá que sirva para relajarme un poco.

Ya estoy deseando que la universidad acabe de una vez por todas.

(…)

Me quedo boquiabierta cuando a lo lejos veo a Esteban robarle un beso en la boca a Clara y esta se aleja mientras ríe y golpea levemente su hombro.

Dios mío, siento que cada día estoy más perdida.

Con una pequeña sonrisa me acerco a ellos que me dan la espalda y suelto un grito para hacerlos asustar, cosa que logro con éxito.

— ¿Que andaban haciendo tortolos?—pregunto con burla.

— Nada.—dice Clara seria.

— Ajá, seguro que Esteban está rogando que vuelvan a estar a solas para robarte otro beso.—digo con pica.

Esteban asiente sonriendo.

— ¿Nos viste?—pregunta en un susurro mi mejor amiga mientras me sigue por detrás.

— Tengo vista de águila. —nos subimos a la camioneta. — Además, hoy me contestaste todo lo que debía de saber sobre ustedes. No deberías de esconderlo.

— Es complicado.—se limita a decir.

— Todo en la vida es complicado, por eso debes de luchar para quedarte con lo que más deseas. Y, en este caso el objetivo es Esteban. —me escucha pero no dice nada al respecto.

Me recuesto en su hombro, sintiéndome tan tranquila.

Miro confundida a Esteban cuando lo llaman a casa rato pero el cuelga, levanto lentamente mi vista y veo que es el mismo número. Volteo para ver a Clara y lamentablemente ella se encuentra descansando.

La universidad puede ser muy agotadora.

— ¿Pasa algo Esteban?

— Nada de lo que debas de preocuparte, Li. —suspiro.

Odio que no me cuenten las cosas, pero, supongo que tiene sus motivos.

Llegamos a mi casa y me despido de mi mejor amiga, entro a mi casa y veo a mi papá hablar por teléfono.

Pienso que está hablando sobre su trabajo pero cuando dice que pronto iremos se que está conversando con mis abuelos.

—¿Es mi abuelo?—pregunto con notable emoción.

Él asiente y sonríe bajando la cabeza, ahora sabrá que le quitaré el teléfono por los menos dos horas, hablar con mis abuelos siempre es una fortuna.

Sin perder el tiempo le arrebató el teléfono de las manos y saludo eufórica a mis nonos.

— ¡Abuelo! Soy Li, ¿Cómo estás, Lito? —ese apodo era como Linda de cinco añitos lo llamaba.

— ¡Mi niña bella! Que alegría escucharte, estoy mejor ahora que te escucho. ¿Y como estás tú, estrellita?

— Ay, Lito. Tantas cosas que han pasado últimamente en mi vida, pero estoy muy muy contenta de escucharte una vez más. Te extraño mucho.

Matrimonio sin sentimientos. (TERMINADA) ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora