Cuarto sueňo.

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El olor enfermizo del hospital inunda todo mi cuerpo cuando las converses rotas de ambos pisan el suelo azul del edificio.

Una seňora de mediana edad se queja de su trabajo por teléfono.Nos mira de arriba a abajo y sigue con sí conversación.

Era de esperar.
¿Quien seria capaz de echar a dos adolescentes con este aspecto de un hospital?

La sala de espera esta habitada por un hombre y dos gemelas de pelo casi blanco.

Nos sentamos en frente de ellos a esperar a que la noche de desvanezca.
Cada uno está a lo suyo y me encantaría saber que esta pasando por la mente de Kurt en este momento.

Se da cuenta de que le miro y sonríe divertido.
Me flipa su sonrisa de la manera que nunca creía que algo me hiba a flipar.

Apoyo la cabeza en su hombro,la chaqueta que lleva huele a tierra y a whisky.

Me doy cuenta de que mi pierna se mueve frenéticamente sin ninguna razón mientras mis ojos se van cerrando.

El reloj marca la una menos cuarto y pensar en Anne y Pete me revuelve el estómago.

Voy perdiéndome en el perfume de Kurt y en las voces de las niňas que nos acompañan.

Que buena forma de acabar un día nefasto.

(...)

-¿Caroline Dunster?-Dice una voz que no conozco de nada-Soňorita,¿Es usted Caroline Dunster?

Me levanto rápidamente de las butacas de la sala de espera haciendo que mi cuerpo se suma en un mareo intenso.

-Si...so yo,o eso creo-Susurro poniendo la cara entre mis dos manos.

-Su compaňero,el chico rubio
que venia con usted anoche,ha sido encontrado en la carretera de enfrente...inconsciente.

Levanto la vista hacia la joven enfermera lentamente.

-¿Qué...?

-Necesito que nos des algunos datos del muchacho y...

El mundo se se cae encima mía.Siento que una parte de mi se ha escapado y ni siquiera me he dado cuenta.

Joder.

Corro hacia los pasillos,llenos de puertas.
Las cuales abro,con el fin de encontrar los ojos azules de Kurt en alguna habitación.

-Seňorita Dunster,no puede hacer eso-Oigo la dulce pero alterada voz de la chica detrás de mi,cerrando todas las puertas que yo voy abriendo.

De repente oigo la voz ronca de Kurt,más débil de lo normal y eso hace que todo mi cuerpo tiemble.

Estoy muy cansada de sentirme sola,como para que ahora alguien como el me deje.

Abro la puerta que tiene el número 94 y mis ojos divisan a Kurt sentado con las piernas cruzadas,dibujando en las sabanas blancas de la camilla.

Ando hacia el y con la voz casi inaudible pronunció su nombre.
El me mira con los ojos más azules que nunca.

Se tapa hasta la nariz con la sábana,la cual dice en letras negras "Desconéctame".

Toda mi sangre se hiela.

Y no siento ningún latido cuando,al mirar la maquina que debería mantener a Kurt con vida,no se oye ningún pitido,solo se divisa una línea recta y continua.

-He muerto hace mucho tiempo,Caroline.

I hate my self and i wanna die (Kurt Cobain)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora