CAP 10: SIN LÍMITES

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El ritual sin límites de la familia Gojo era tan prestigioso como complicado de usar. Satoru no era el único en el clan en tener la técnica, pero solamente él podía sacar todo el potencial de ella. Claro que, poseer los seis ojos era una ventaja descomunal si se comparaba con otros portadores, la lotería genética y el destino lo habían elegido a él de entre todos.

Kei debía ser consciente que las cosas no eran tan fáciles como se podían ver. Ella venía de una familia de no hechiceros, así que el mundo de la hechicería era relativamente nuevo en su vida. El profesor Nagatsuki había descubierto a la chica cuando iba en tercer año de secundaria y desde entonces fue introduciéndose poco a poco el manejo de su técnica. 

Satoru, relajado como siempre, explicaba su ritual a la alumna de Kioto. De tanto en tanto intentaba bromear con ella, porque la notaba evidentemente tensa ante su presencia. Le hubiera gustado que su actitud se pareciera más a la de Miwa, que fue desinhibida desde un principio.

—Entonces ¿usted puede ajustar su ritual a conveniencia?

—Así es, esto requiere usar la técnica a un nivel de presión ridículo que obviamente no podrás emplear.

—Pero podría usarlo como una simple barrera en todo caso.

—Sí, eso sería lo más fácil.

—¿Qué tan preciso es su control?

—Intenta tocarme, cualquier parte está bien.

—De acuerdo.

Kei trató de tocar el hombro de Gojo, pero su mano se detuvo a unos diez centímetros de su objetivo. La sensación era extraña, comparable como cuando dos imanes no pueden tocarse debido a sus polos magnéticos. El peliblanco, entonces extendió más el área del infinito y la brecha entre ambos se amplió, al mismo tiempo, Gojo tocó la cabeza de Kei con su mano, los ojos de la hechicera se abrieron ante la gran sorpresa.

—Debe ser como cuando activo dos rituales al mismo tiempo —dijo pensativa.

—Hagámoslo un poco más complicado —sonrió Satoru. Notaba muy motivada a su alumna.

—¿De qué forma?

—¡Profesora Utahime! ¡¿Puede ayudarnos un poco?!

Odiaba que Gojo fuera formal solo para molestarla. Utahime estaba con Shoko observando el ejercicio a la distancia, había querido darles espacio para que hablaran en confianza. 

—¿Qué necesitas?

—Solo párate ahí, junto a Kei.

Utahime acató la orden, miró a Kei y ella alzó los hombros señalando así que no tenía idea qué pretendía hacer.

—Ahora, extiendan su mano para tocarme.

Ambas lo hicieron, ninguna de las dos pudo acercarse a él como lo tenían previsto. Gojo por otra parte, puso su mano sobre la cabeza de ambas. Kei analizaba minuciosamente los movimientos de Satoru.

De pronto, la mano de Utahime atravesó la barrera del infinito y tocó el pecho del peliblanco. Kei, por su parte, no era capaz de tocarlo aún, sin embargo, él seguía tocándola a ella, mas no a Utahime.

—Cuando se trata de objetos puedo decidir que traspasa mi infinito en automático en base a sus características. Para las personas debo modificarlo y categorizarlas individualmente. Por supuesto puedo dejarlo activo de manera automática de forma indistinta y desactivarlo manualmente.

La mano de Satoru, sobre la cabeza de Utahime, la tocó al fin y descendió sutilmente en una caricia hasta su mejilla, sus largos dedos recogieron un mechón de cabellos negros y comenzó a jugar con ellos mientras seguía explicando. Iori se tragó su protesta para no discutir delante de su alumna. Gojo deslizó su dedo índice sobre el cuello de Iori e inevitablemente su piel se erizó ante el tacto.

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