Las oleadas de poder aún seguían arremetiendo. No cabía duda de ello al ver cómo Akashi manejaba con mayor eficiencia la forma neutra del ritual sin límites, ahora podía defenderse con mayor facilidad de los ataques de Itadori.
Era el último día de la semana de los ejercicios y aunque era obvio que necesitaría más tiempo para dominarlo (sobre todo si quería usar mínimamente azul), el avance que había logrado en tan poco tiempo no era despreciable.
Kei se tiró exhausta al suelo, aun si quisiera no podía mover un solo músculo, pero esa había sido su decisión: dar más allá en su último día para aprovecharlo al máximo. Gojo no la detuvo y pese a que Utahime estuvo renuente para aceptarlo no dijo nada y le permitió darle total libertad.
—Pro–profe Gojo —hasta le costaba hablar de lo cansada que se encontraba.
—¿Sí?
—¿Qué... tan bien... Lo hice?
—Pues, te daría un cinco de diez.
—¡¿Solo cinco?! —replicó Itadori. Para él había estado mejor que eso.
—Estoy siendo generoso —dijo de lo más divertido.
—No me... diga —Kei se desparramó más sobre el piso. Todo su plus ultra solo valía un mísero cinco.
—Vuelve y te entrenaré —le animó, Satoru.
—Lo haré...
—¿Te vas mañana, Akashi? —preguntó curioso el pelirosa.
—A primera hora.
—¡Profe! —levantó la mano, Yuuji.
—Dime.
—Propongo llevarla a Ginza como despedida.
—¿A Ginza? Si, está bien.
—Hiroshi me habló de un sitio delicioso, se llama... —Itadori trató de recordar el nombre, pero le fue imposible sin sacar su celular—, Senkyakubanrai.
—Tiene un nombre sospechoso —dijo Kei.
—Pero está bueno, o al menos eso me dijeron.
—Senkyakubanrai —suspiró Gojo.
—Tenemos que decirle a Kugisaki, no me perdonaría si sabe que fuimos y no la llevamos.
—¿Debería invitar a la profesora Utahime?
—Mientras más seamos, mejor —dijo con alegría, Yuuji.
—Pero si va a pagar el profesor Gojo, ¿no debería estar él de acuerdo?
—No le importa, ¿verdad? —preguntó para su maestro. Gojo sonrió.
—Trae a Megumi también —le ordenó el ojiazul.
—¿Les digo a los de primero? Estuvieron llevando clase juntos toda la semana —volvió a sugerir Itadori.
—Eso sería agradable —dijo con ilusión Kei.
—¡A comer sushi a Ginza! —gritó Itadori con bastante ánimo. No esperó a la respuesta de su profesor, sabía que no se negaría.
—Oye, antes de que te vayas... Llévame con la directora Ieiri. Si no, me temo que no podré sostener ni un palillo.
—Conste que tú dijiste "golpea más fuerte".
Itadori le ayudó a levantarse, Kei pasó su brazo detrás del cuello del pelirosa y este la sostuvo por el costado.
—¿Crees qué la directora o la profesora se enojen? —preguntó temerosa, Kei. Sabía que Utahime era todo amor, pero también era muy estricta.
—Culpemos al profe Gojo. Él nos dio permiso.
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Votos
RomanceSu relación era complicada porque así lo habían decidido los dos. Desde que estudiaban la preparatoria habían surgido indirectas y momentos en los que cualquier persona hubiera podido decir, incluido ellos, que tenían algo más allá de la amistad, si...